Lamento De Lykos

Los versos del adiós

Te veo marchar en silencio, mientras me hablas de mañanas que incluso desconoce el tiempo. Te vas con las manos vacías y con el corazón lleno de recuerdos. Dejas a tu paso estelas de aquellos momentos con los que se alimenta la historia. Pausas las lágrimas de un adiós en las sonrisas de un prometedor reencuentro. Le cambias la ropa a tus sueños, mientras maquillas las pesadillas con polvos de esperanza. Le robas pedazos de piel al ayer, para así sentir la textura de los instantes en los que tu vida se cobijó en él. 

Te vistes de hielo para no ver que tu alma arde de nostalgia por dentro. Cantas con euforia para recibir el futuro, mientras que tu voz se apega a las notas de un piano que palpita despidiendo un barco que viaja dudando de su regreso. Te quedas mirando a todos esos que sentiste tan dentro, hechos ahora de tenue papel que tristemente va arrugando el tiempo. Empiezas a ahorcar abrazos, a sentir como se queman besos en las hogueras de pasión y tristeza, que hay en tus labios; huyes de partir mientras ves lo inevitable de tus pasos.

Ahora ves cómo se te amaina la vida al viento del mañana. Miras hacia atrás, ves tus huellas quedar en el umbral que pintó el tiempo. Se excita el adiós, te acaricia el dolor, y te entregas aferrándote con fe a la esperanza que algún día tus pies te regresarán a este lugar donde reposan algunos pedazos de tu corazón que se quedaron a cuidar tus más íntimos secretos.