Terminé ebrio, solo en mi casa, con un papel en blanco, con nada más que su nombre escrito en el, con una botella de ilusiones rotas y de pasante, una copa de música, con una abrazo artificial hecho de inertes frazadas, entreteniendo mi mente en conversaciones inexistentes y recuerdos que solo pasaron en sueños, buscando respuestas para preguntas que nadie hizo, señalando los retratos de mi niñez en los cuales solo sonreía mi inocencia; saboreando añejos mensajes, que con el paso del tiempo se hicieron más difíciles de catar, estudiando la historia de mi vida, mientras subrayo los nombres que se marcaron en mi calendario; perdiendo mi cordura, en lapsos de ilógica hipofrenía, llevando el silencio, al punto de poder hablar con él; encandilado por el sensual caminar, del tiempo que se aleja, a la misma velocidad que mi razón, sumido en un rincón de la vida; anclado al contacto con la fría pared, encerrado en el mundo que creé, y no pude controlar, porque terminé obsequiando, con una mirada mi autonomía.
Ahora entre más bebo el dolor que produce resignarme a ser, solo un extra en su vida; comprendo la magnitud de la soledad, que produce el hecho de saber, que sólo mi sombra me acompaña, sólo porque está anclada a mi cuerpo; mi mente se fue a vivir una ilusa utopía a su lado, y con ella se consumieron los pocos leños de cordura que me quedaban; mi corazón se entregó al éxtasis acelerado de su caminar, y al caer en la cuenta, de que conocerla, fue solo una dosis; sintió la horrible abstinencia, y se fue a saciar su triste sed arrodillándose a sus pies.
¿Qué queda entonces de mi ser? La esperanza de que en el crepúsculo de la noche, caminando por la selva de cemento; buscando mi mente y mi corazón, logré apreciar la figura perfecta, que aún en su tumba, Miguel Ángel tiene deseos de retratar; Y allí, en un lugar inexistente, mi mente recuerde, que no puede vivirla ya que no puede tocarla, y regrese con ganas de pensar, una vez más, como conquistarla; que mi corazón, destruido por la abstinencia, de no saber cómo llegar a ella, ya que no recuerda su rostro; pues solo puede sentir, con su arrítmico latido, que su presencia regrese; así, hecho pedazos, pero con el aún latente masoquismo, de ir a buscar una eterna dosis de su ser.
De nuevo, levanto la copa llena de absurdos, pero renovados sentimientos, y brindo con la esperanza de que mañana, despierte dejando de insinuar mi amor; y comience a demostrar la magnitud de mi sentir hacia vos, pues hoy fue un día sin mí, y deseo que mañana, sea el inicio de eones a tu lado.
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Lamento De Lykos
PoetryLamento de Lýkos es un viaje poético apartado de los almidonados conceptos de la poesía tradicional, esta propuesta llamada "Poesía Filosófica" está repleta de peculiaridades y trasfondos de naturaleza metafísica, pues el autor propone un...