Lamento De Lykos

Una prisión en vos

Algún día me liberaré de este incomprensible deseo que droga mi tranquilidad cada noche, de ese utópico mañana que cada día planeo a tu lado, de esas ganas de desgarrar mi alma en tus brazos, de arder en cada beso que tristemente voy imaginando.

Algún día escaparé de esta prisión de ilusiones, lograré guiar mi camino con ayuda de otra mirada, me perderé en un relieve que no inspire tanto respeto como tus caderas; que no me limite a simplemente observarle, que no me mutile el deseo de tocarle.

Algún día escaparé de esta libertad que cruelmente no exterminaste, buscaré un infierno en el cual puede pasar mis noches, acunando el ausente cielo que en silencio me has negado, durmiendo este sentimiento que cada día afianza su eternidad en mi frágil mortalidad.

Algún día me exiliare de mí mismo, huiré a una taberna donde el vodka no sea tan claro como tu ternura, donde el tequila no se tiña del color de tus ojos, donde la música no tenga sentido en la maldita divinidad de tu recuerdo, donde lo turbio del ambiente no sea el reflejo de tu mente; una taberna lejos de la ciudad de mis delirios, donde la decoración tenga tanto sentido como un poema inconcluso, donde solo hallan marginados creados por el amor y vestidos de desilusión.

Algún día me escaparé de tu silencio, de tu indefinida belleza, de tu sombra iluminada de misterio, de lo enredado de tu cabello, del poco sentido de tu vida, de lo que te he dicho cuando te he mirado con ojos impregnados de sueños a tu lado. Algún día escaparé, pues comprendí que mi dignidad se había ahorcado, que la razón hace mucho tiempo se había mudado, que un demonio y un ángel en vos he encontrado, que con masoquismo te estoy saludando, mientras que vos una sonrisa en forma de daga me estas obsequiando.

Ahora que se, que de vos escaparé, pues en tus brazos no se ha sembrado la semilla de mi edén, es cuando más ansió quedar esclavizado en un abrazo, que prolongue este dulce y decadente estado, con el que me he venido acostando.