Condena

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 Algún día lograré entender esa extraña manía que tienes al verme a los ojos, al sonreír con inigualable frescura, al colapsar mis tenues intenciones de fortaleza, al embriagar mis intentos de racional postura con tu mágico caminar. Algún día aprenderé a no inmolar toda mi vida en fríos recuerdos, a no huir de la cordura en el oscilante y loco baile de tu cabello, a no reír con cada puñalada de desprecio, a no justificar tu rechazo en la libertad con la que vives.

Algún día quisiera ser aquel que salude sin ninguna carencia de aprecio, lleno de certezas, con sonrisas de apacible tranquilidad, sin mirarte deseando morir en tus labios, sin encallar en tus ojos... Algún día espero no delirar tanto, ni negarme a esta evidente condena, sin simular que no me logras cuando quieres, sin aferrarme al terror de no tenerte, sin condenarme a vivirte. Algún día entenderé que mi mejor oportunidad a tu lado está en las noches, cuando desnudo en intimidad con mis miedos, pueda apreciarte sin adornos impuestos por mi mente, donde pueda catar todos tus sabores, observar tus colores bajo el prisma de la sinceridad, perderme en sombras lunares con esperanza punteada en el cielo.

Algún día con magia nocturna, soñando con los ojos abiertos, sonriendo en medio de alguna grisácea mañana, te gritaré con una mirada penetrante, impregnada de venenosas intenciones de amar, que herido he caminado desde que la luz entró en luto, y que agonizando llegué al punto en el que se iluminó la resurrección de mi palpitar, y tristemente se topó con la lejanía la cual le condenó a morir sin poderse materializar.

Lamento De LykosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora