Capítulo 16.

3.8K 303 30
                                    

________ López.


Abrí la puerta de mi casa y me giré a mirar a Mario.

— ¿Entras o no? —pregunté.

Él entró y empezó a mirar mi casa. Cada rincón de ella

— ¿Esta tu jefa? —me preguntó.

—No, llega después de las 5. —me dirigí hacia la cocina.

Tomé una tortilla y le puse sal. Me la comí y empecé buscar la comida que mi madre había dejado antes de irse al puesto.

—Yo también quiero. —dijo y agarro una tortilla para ponerle sal y enrollarla.

Había dejado tamales, uh uh tamalitos. Los agarre y los puse en el microondas.

— ¿Qué estas calentando? —me pregunto Mario recargándose en la alacena.

—Tamales.

—También quiero. —dijo alegre, al parecer también tenía hambre.

—Tu todo quieres.

—También quiero otra cosa...—me miro pervertida-menté.

— ¿Quieres unas mordidas? ¡Pulguita! —llame a mi chihuahua.

Pulguita llego tan rápido que me sorprendió.

— ¡Hay no! —dijo Mario.

— ¡Ataca pulguita! —le ordene a pulguita y me obedeció perfectamente porque corrió hacia Mario furiosa. El marica de Mario corrió hacia la sala y se subió al sillón.

No podía contener mi risa. Reía como foca en celo, era tan graciosa la escena.

— ¡___________ AYUDAME!

A pesar de que la escena era divertida Mario estaba ensuciando mi sillón y mi mama me regañaría por ello. Llame a pulguita y la cargue. Mario se bajó el sillón y se sentó en el. Me acerque con pulguita y se lo entregue a Mario.

— ¿Qué te pasa? No. —dijo tratando de alejarme.

—Ten cárgala para que veas que no te hace nada solo está jugando. —le dije.

El parecía pensarlo pero después de todo la tomo y la cargo. Maldita pulguita con cualquiera te avientas eres bien zorra.

—Creó que se enamoró de mí. —me dijo.

Sonreí, este chico a veces me hacía reír.

* * *

Ya eran las 5:00 de la tarde y Mario seguía en mi casa.

Estábamos sentados mirando la novela "Simplemente María" y Mario estaba súper enojado con María. Al parecer se había enganchado con la novela más de lo que pensé. A cada rato decía "No seas pendeja María elígelo a él".

La puerta de la casa se abrió dejándome ver a mi madre entrar por ella.

Nos miró, primero a Mario y después a mí.

— ¿Quién es el ______________?—pregunto.

Los dos nos paramos del sillón.

—Se llama Jua...Mario y es un...compañero. —le dije.

—Ah... ¿No eres tú el que trajo ayer a mi hija? —le pregunto ahora a Mario.

—Si señora ese mismo. —se acercó a mi madre y la saludo. —Mucho gusto. —le sonrió con su sonrisa Colgate.

Mi madre parecía encantada.

—Mucho gusto. —le sonrió mi madre de vuelta.

—Eh...él ya se iba. —dije y me acerque a Mario para llevarlo a la salida.

—Oye __________ ¿no invitaste a tu amigo al bautizo de mañana de tu primo José? —me pregunto mi mamá.

¿Pero que le pasaba a mi madre? Pero por supuesto que no.

—No ama, aparte él no tiene tiempo, es un chico ocupado. ¿Verdad Mario? —Lo mire en forma "di que sí o te puteo"

Me miro a los ojos y sonrió. ¡OH NO!

—De hecho...mañana estoy disponible.

Hijo de puta. 

Juan Bautista ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora