Capítulo 37

4K 283 18
                                    

[__________ López. ]
.
.
—No hay qué entrar. —me dijo.
.
.
—Éstas loco si crees qué voy a hacer eso. —negué.
.
.
—La vida es un riesgo carnal.
.
.
—Dije qué no. —me crucé de brazos.
.
.
—Está bien...tú entra yo no. —me dijo.
.
.
— ¿Porqué no vas a entrar? —le pregunté.
.
.
—Por dos razones, no tengo mochila y la otra es porqué tengo qué comprarle un regaló a mamá. —dijo.
.
.
— ¿Hoy cumple años tu mamá? —le pregunté.
.
.
—No...
.
.
— ¿Entonces? —fruncí el ceño confundida.
.
.
— ¿Lo olvidaste? —dijo sorprendido.
.
.
— ¿Olvidar qué?
.
.
—Hoy es Día de las madres. —dijo.
.
.
Si tuviera un café o algo en mi boca estoy segura que lo escupiría. ¿Cómo pude olvidarlo? Merezco ir al infierno.
.
.
—Si lo olvidaste...—se tapó la boca sin poder creerlo.
.
.
—Lo olvidé...—dije sería.
.
.
—Te esperó en el infierno.
.
.
—No entraré, iré contigo. —le dije.
.
.
—Ahuevo.
.
.
* * *
.
.
—Espera...—le dije.
.
.
— ¿Qué pasa? —se giró a verme.
.
.
—No pases por hay, te van a asaltar.
.
.
— ¿Cómo éstas tan segura?
.
.
—Mi instinto mexicano me lo dice.
.
.
—Bueno, entonces vallamos por haya. —indicó una calle.
.
.
Empezamos a caminar hacia la dirección qué dijo y vimos muchas tiendas.
.
.
—Entremos a ésa. —le dije.
.
.
Entramos y la tienda estaba repleta de rosas, globos y más regalos.
.
.
La verdad no sé que le iba a regalar a mi mamá, era obvió qué le compraría algo qué la haga feliz, pero lo único que se me venía a la mente fueron tupperwares, no podía darle más, tenía un chingo. Qué para los frijoles, para el lunch, las pastillas, la ropa sucia...
.
.
— ¿Qué vas a comprar? —me preguntó Mario.
.
.
—Estuve pensando en un lanzachanclas jefa-3000. —dije en broma para qué se riera pero al parecer no había causado gracia.
.
.
—Aja ¿y?
.
.
—Te odio.
.
.
Comenzó a reír ahora. —Me amas.
.
.
Komo lo zupo.
.
.
—Sueñas. —le dije.
.
.
— ¿Contigo? Siempre.
.
.
Rodee los ojos.
De por sí tengo cara de pendeja, ahora imaginense cuándo me dice esas cosas.
.
.
—Callate. —le dije.
.
.
—Callame.
.
.
—Te calló si quiero, ¿pero sabes cómo te callaría? —le pregunte.
.
.
—Conociéndote sería a putazos.
.
.
—Realmente me conoces. —dije asintiendo.
.
.
Me gire para seguir mirando las cosas que vendían y vi qué había un consolador. ¿Enserio?
.
.
—Mira eso. —le dije a Mario para qué volteara a verlo. Cuándo lo miro empezó a reírse.
.
.
— ¿Quieres comprar uno para tu mamá? —me pregunto.
.
.
—Púes ahora que lo pienso, papá anda de colado en los estados unidos  y mí pobre madre esta sola y sin nada que la consuele...si sabes a qué me refiero...—le dije.
.
.
—Ah...pues compralo. —se encogió de hombros.
.
.
—Señorita...—llame a la encargada.
.
.
Está llegó tan rápido cómo la llamamos.
.
.
— ¿Todo bien? —me pregunto.
.
.
—Si, pero necesitó eso de hay. —le indiqué.
.
.
— ¡Ana Lisa Melculo! —llamo a otra chica y casi me voy de espaldas.
.
.
Reprimi una risa, pobre chica. Ella no tenía la culpa de su nombré.
.
.
La chica llegó a nuestro lado.
.
.
— ¿Qué paso señorita? —me dijo.
.
.
— ¿Me puede dar eso de hay...?—le apunté el consolador.
.
.
Ella se sonrojó un poco.
.
.
—Ahora mismo. —me dijo.
.
.
Cuándo me lo había dado Mario tomó una docena de rosas y fuimos a la caja a pagar.
La cagera vio el consolador y empezó a reír.
.
.
— ¿Para tú mamá? —me preguntó.
.
.
Iba a responder pero Mario se me adelanto.
.
.
—No, es para ella. —le dijo Mario a la señora.
.
.
Ella se empezó a reír y lo único que pude hacer yo fue ponerme roja de la  vergüenza. Tomé el consolador y salí corriendo de la tienda.
.
.
— ¡_____________ espera! —me gritó Mario pero no ignoré.
.
.
De pronto sentí cómo alguien me giraba y ese alguien era Mario.
.
.
—No vallas sola, es peligroso. —me dijo.
.
.
—Mi apellido es peligro.
.
.
—Creí que era López.
.
.
—Qué lento eres....—negué.
.
.
De repente oímos gritos. Y nos asomamos a un callejón para ver de que se trataba.
.
.
Había dos chicos peleándose.
.
.
El primero le dio un golpe.
.
.
—Haber Kevin deja a mi vieja en paz. —dijo plantándole otro golpe.
.
.
—Y tú Brayan dile a tu vieja qué no me la venga chupar. —dijo ahora Kevin sacando su navaja.
.
.
Cómo cuándo el brayan saca su navaja y te da 8 puñaladas, pero tu sacas tu propia navaja porqué te llamas kevin y le das 38 puñaladas y 3 putizas.
.
.
— ¿Qué miran ustedes? —preguntaron los dos hacia nosotros. .
.
Mierda, nos habían descubierto.
.
.
— ¡Corre! —le dije a Mario y empezamos a correr.
.
.
No importa si eres macho alfa, siempre tienes qué escapar del Kevin o del brayan, porqué luego saca su navaja y te apuñala.
.
.
* * *
.
.
Había llegado a casa tranquilamente, Mario se había ido a su casa porqué su mamá lo llamo diciendo qué regresara a casa a una cena en la que tenia que estar presente.
.
.
Eran las 5:32 y mamá apenas llegaba a la casa.
.
.
— ¡____________! —me llamó.
.
.
— ¿Mandé mamá? —le pregunté.
.
.
—Necesito tu ayuda.
.
.
— ¿Para?
.
.
—No se si recuerdes pero ayer nos entró un pedido muy grande y tenemos que ir a servir, quería ver su podías ayudarme. —me dijo.
.
.
— ¿Cuándo? —le pregunté.
.
.
—Hoy.
.
.
—Pero hoy es...día de las madres.
.
.
—Lo sé, pero trabajo es trabajo mi amor. —dijo.
.
.
—Esta bien. —le dije.
.
.
—Gracias mi vida, en dos horas nos vamos.
.
.
.
[Mario Bautista]
.
.
— ¡Ya llegue! —informé cuándo llegue a casa.
.
.
—Vez a cambiarte. —ordenó mi madre. 
.
.
—Pero mira antes lo que traje para ti. —dije sacando las rosas qué le había comprado.
.
.
—Hay mi amor, gracias bebe. —dijo abrazandome y dándome besos.
.
.
—De nada ma.
.
.
—Ahora si, vete a arreglar.
.
.
Me dirigí hacía mi habitación.
.
.
* * *
.
.
Ahora me encontraba sentado en una mesa con petra esperando a qué nos trajeran de comer.
.
.
¿Porqué? ¿Porqué petra? Prefería que me pusieran a cualquier persona menos ella. Lo bueno era que no estaba solo, también estaba Jan Carló, Daniel, Enrique y otra chica qué no conocía.
.
.
De pronto algo o más bien alguien hizo acelerar mi pecho cómo cuando vez a tú mamá con la chancla en su mano.
.
.
__________ estaba vestida de camarera, y tenía en sus manos una olla qué tenia qué servir.
.
Una camarera sexy.
.
De pronto su mirada choco con la mía y le mande un giño juntó con una sonrisa malvada.
.
.
Oh sí, esto sera divertido.

Juan Bautista ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora