[Mario Bautista]
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—Espera petra...—dije apartándola.
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— ¿Pero porqué? Nos amamos. —dijo.
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—No, yo nunca te e dicho que te amo. —le dije serio. —Y no me vuelvas a besar. —dije por ultimo y me fui.
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Salí y fui hacia mi auto.
Pero esperen...¿Esa era ________?
Si, era ella. ________ se estaba subiendo a un taxi, el cuál se dirigió por la izquierda y no la derecha la cual era para su casa. Esto era más raro qué peña nieto cumpliendo sus promesas.
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Me subí al auto y lo seguí.
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Al parecer si tenia intenciones de algo púes se metió por un callejón.
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Por fin el taxi había parado, yo también también me baje y me escondí entre una pared qué no se veía para nada que estaba aquí.
El chofer bajo y ________ bajo corriendo del taxi pero el señor se le quería quería acercar para tomarla.
De pronto ________ tomó su nokia y le pegó en la cabeza al señor con el aparato. ¿O ladrillo?
El señor cayo al suelo y ________ tomó el celular para salir corriendo. Pero antes de eso tomo su maqueta y le volvió a dar otro putazo en la cabeza.
Otros señores salieron de un lugar que no había visto y se acercaron a ella.________ no hizo otra cosa que correr, pero en dirección hacia mi.
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Todos los señores corrían detrás de ella. Y cuándo estaba lo sufientemente cerca la tomé del bazo y la jale, con mi mano tapé su boca para que no nos describieran.
La pegué a mi y pude sentir cómo se tensaba.
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—Tranquila, soy Mario. —le susurré.
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Y pude sentir cómo se empezaba a rejalar y daba un gran suspiró.
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Los señores pasaron de largo y sin vernos.
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Idiotas.
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Su delicioso olor a vainilla lleno mi nariz, era un olor que no se comparaba a ninguno.
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________ se empezó a separar de mí.
La mire a los ojos y estos mostraban muchas cosas.
Dolor, miedo y paz.
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No me gustaba ver eso en ellos, me gustaba más cuando brillaban.
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— ¿Te llevo a casa? —le pregunté.
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Ella no dijo nada, sólo asintió un poco cohabida.
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Estacione mi auto en su casa y cuando apagué el motor ________ bajo sin decir nada y a toda prisa.
Me baje lo más rápido qué pude y la alcancé. La hice girar sobre si misma para que me mirara.
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— ¿Qué te pasa morenita? —le pregunté.
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—No me llames así. —me dijo.
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—Siempre te e dicho así y nunca te habías quejado. —dije juntando mis cejas. —Dime que es lo que pasa.
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— ¿Te puedo pedir un favor? —me dijo.
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Dude un poco, pero acabé asintiendo.
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—Dime.
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—No me vuelvas a buscar. —su tono de voz empezó a bajar. Sentí un punzada en mi pecho. ¿Qué mierda es esto?
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— ¿Pe-ero-por-qué...? —las palabras no salían muy claras de mi garganta.
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—Solo no me vuelvas a buscar, no me vuelvas a hablar, ni siquiera ver. —me dijo con un pequeño hilo en su voz qué en unos momentos se rompería.
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Necesitaba una explicación. Pero se zafo de mi agarre y se fue corriendo dejándome con la palabra en la boca y un pequeño vacío extraño en mi pecho.
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Es feo cuándo confundes "haber" con "a ver", pero es aún más feo cuándo confundes "coger" con "enamorarse"