[_________ López]
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Él director nos había perdonado, también me había regresado mi celular. Y todo se lo tengo que agradecer a Mario.
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//Flashback//
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—¿Qué tienen que decir al respecto? —pregunto él director.
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Me quedé callada con mi cabeza mirando hacía el piso avergonzada.
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—Solo diré qué mañana es él partido para pasar a semifinales y no creó qué usted quiera que perdamos. —le dijo Mario al director.
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— ¿Y eso qué tiene qué ver? —le preguntó él director a Mario.
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—Si castiga a _________ me sentiré muy culpable y me desconcentraré en él partido. —le respondió Mario.
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—Es un chantage muy barato.
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— ¿Funcionó? —le preguntó Mario.
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—Si, ahora vallanse.
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//Fin del flashback//
Ahora me dirigía hacía la salida. Pero no venia sola sino con él Juan Bautista.
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— ¿Aceptaste mi invitación? —me preguntó.
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— ¿Qué invitación? —pregunte confundida.
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Realmente no se a qué se refería, tenia memoria de corto plazo.
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—Al partido de mañana.
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Ah, era eso.
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—No. —le dije.
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—Púes mamaste porqué te acabó de salvar de un castigó y es lo mínimo que puedes hacer. —dijo encogiéndose de hombros él cabrón.
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Me gire molesta ¿Qué se creía este wey?
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—No, no puedo. —dije negando repentinas beses y cruzándome de brazos.
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—Si, si puedes.
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Suspire frustada, con este tipo no se podía.
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— ¿Si aceptó me dejarás en paz? —le pregunté.
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Hizo cómo que pensaba para después decir:
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—No.
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¿Era neta? Agh.
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—Amorcito. —dijo alguien a nuestras espaldas. Nos giramos los dos para llevarnos la sorpresa de qué era la gringilla PETRA. Pero no venía sola, sino con zorralla—soralla, pero yo le digo así—y otras indias que qué me valían madre.
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— ¿Qué haces con está? —preguntó petra a Mario con un tonito que no me gustó para nada.
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— ¡__________pendeja, __________! —le dije mi nombre de nuevo.
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—Lo siento no hablo idioma naco. —dijo petra mirándome de arriba hacía abajo.
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— ¿Soy yo o apesta a perra? —preguntó zorralla.
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—Eres tú, creo que no te bañaste. —dije sacudiéndome la nariz en forma de "huele feo".
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Zorralla y Petra me fulminaron con la mirada, lo cuál me hizo reír. Eran unas pendejas, eso de "Fulminar" no servía conmigo, si aquí en México alguien te caía mal en vez de "Fulminar" te ibas y lo puteabas. Hací que me acerqué más a Petrilla para intimidarla. No me la iba a hacer de pedo. Iba a gritarle algo pero Mario me tomó de la cintura y me llevó sobre su hombro. Solté un pequeño grito. Y mire a petra por detrás.
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— ¡TE LA COMES! —le grité enseñándole él dedo corazón que era mi favorito.
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Cuándo llegamos a otro pasillo Mario me dejo en él suelo. Por fin toqué él piso y lo mire mal. Por su culpa no había podido golpear a Petroleo.
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Intentó acercarse pero me alejé.
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—Quítate a la verga. —moví mi brazo para que no me tocara.
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—Quiero un beso. —me dijo cómo si nada.
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—Me vale tres kilos de verga que quieras. —me cruce de brazos.
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Éste se acercó más a mí, iba alejarme pero me acorraló entre la pared y él. Puso sus brazos a los costados de mí cabeza evitando que pudiera escapar.
Se acercó a mi oído para susurrar algo.
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—Un día Tom se comerá a Jerry, Silvestre a piolín, él coyote al correcaminos y yo a ti. —susurro.
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Mierda, no. Él sabía perfectamente que mi punto débil era mi cuello.
Empezó a dejar besos sobre éste haciendo qué mi mente se volviera loca, un día este chico me volverá loca.
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—Tengo hambre. —le dije.
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— ¿De qué? —me preguntó confundido sin dejar de besar mi cuello.
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—De tus labios. —dije y él dejó de besar mi cuello para poder mirarme.
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Su cara parecía sorprendida pero a la vez con un pequeño deseo en ella.
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— ¿Enserio? —vacilo un poco.
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—No. —dije por último y lo empuje para poder salir corriendo.
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Corrí por los pasillos hacia la salida. Sentí a alguien correr detrás de mí y estaba segura de quien era.
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— ¡__________! —me grito Mario pero seguía ignorándolo.
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Cuándo llegué a la salida había mucho chicos del conalep que venían solamente a acosarnos.
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Caminé entre ellos y pude sentir cómo uno me tocaba el culo. ¡Hijo de puta! Me giré para romperle toda su madre. .
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— ¿Qué te pasa pendejo? —le grité.
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Él me miró pervertidamente y se mordió el labio inferior.
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—Calmate zorrita cómo si fuera la gran cosa. —me dijo.
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Me quedé boca abierta por él comentario de este tipo, me iba a acercar para ahora si romperle toda la madre pero alguien me había tomado del brazo. Me giré y era Mario él cuál me posicionó detrás de él.
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— ¿Qué dijiste bastardo? —le preguntó éste al infeliz toca culos.
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—A ti no te importa. —le dijo él moreno a Mario.
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—Pues fíjate qué tampoco me va a importar cuándo te rompa la cara. —dijo Mario y me soltó para plantarle un golpe al moreno. Otro chico qué estaba mirando la escena empezó a gritar:
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— ¡VENGAN TODOS HAY PUTAZOS!
