Deje una canción arriba, espero y la puedan escuchar mientras leen este capítulo. ♡
Prosigamos...
____________ López
Llegue a mi cuarto y tome la puerta para cerrarla pero está nunca cerró púes Mario la había detenido.
Me hice para atrás y éste cayó al suelo, lo más gracioso de todo había sido el grito de dolor que soltó.
Comencé a reírme cómo foca en celo.
—No te rías de tu novio. —se quejó.
—Lo siento. —me calle.
Volví a reír, lo siento pero era muy divertido.
Mario se paró del suelo y paso por mi lado sin siquiera mirarme, fue hacia mi cama y se sentó.
Creó qué estaba molesto.
Ups.
Di un largo suspiró, no debía seguir riendo. Me gire para después tomar asiento a su lado pero éste seguía ignorándome.
—Lo siento. —me disculpé.
No respondió
— ¿Qué ocurre?—le pregunté.
Negó con la cabeza.
—Vamos, no te enojes conmigo. —hice mi mejor cara de arrepentimiento.
Tomé su cara entre mis manos, odiaba qué me ignoraran.
A fuerzas hice que me mirara.
Por fin me miro a los ojos.
Estos se venían un poco desorientados.
— ¿Me perdonas?—hice un puchero pequeño. —no lo volveré a hacer.
Soltó un suspiro y me dedicó una sonrisa socarrona.
Agh, todo esto había sido actuado.
Ahora era yo la enojada.
—Te odió. —fruncí mi nariz molesta.
—Sabes qué eso no es cierto. —trato de acercarse a mí pero se lo impedí.
—Pues debería por ser tan idiota.
Una sonrisa se formó en su rostro.
—Me gusta molestarte y lo sabes. —tomó mis manos. —Es divertido verte enojada.
— ¿Entonces mi cara de causa gracia?—arque una ceja.
—No, claro que no, la forma en que te enfadas simplemente, nunca me he burlado de tu hermosa cara. —dice.
—Te sigo odiando.
Negó divertido.
Se incorporó sobre mí y comenzó a hacerme cosquillas.
—No-no-no. —no podía pronunciar palabra alguna, la risa me comía viva.
—¿Me sigues odiando?
—Ahora te odió más.
Comenzó a hacer cosquillas por más partes de mi cuerpo, casi me ahogaba en mis propia risa.
—Ya no te odio, ya no te odio. —grité.
Se levantó para sentarse de nuevo en mi cama.
Respiré entrecortadamente. Había sido mucho para mí.