Capítulo 31

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Él despertador me informó de otro día en este horrible mundo.
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— ¡_________ Levantate! —me gritó mi madre desdé afuera.
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— ¡Ya voy! —le dije.
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Me paré de la cama y me dirigí hacía él baño. ¡Esperen! Hoy me tendría que qué haber bajado.
Este es él momento donde la regla se te atrasa y no tuviste relaciones con nadie pero piensas qué seras la próxima virgen Maria.
¡Perdoname Dios por mis estupideces!
Es que soy de esas chicas que no cuentan los días de sus periodo y solo esperan a qué les baje.
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Ignore mis pensamientos y seguí en lo mío.
Toda la ropa de mi cuerpo desapareció y me metí a la ducha.
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Y bueno, aquí empezaba mi "vídeo clip bajo la lluvia"
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Le hice la parada al autobús y me subí en él. ¡Santa Madre de la panocha prieta! Estaba hasta la madre de gente.
Ya no cabía nadie más.
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— ¡Pueden hacerse para atrás hay cavé más gente! —dijo él chofer.
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La ciencia dijo: dos cuerpos no caben en un mismo espacio.
Pero él chofer dijo: Se pueden acomodar tantito, hay caben 9.
Ya no sabía que creer.
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El chofer empezó a poner su música de reggaeton.
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Cuándo iba llegar a mi destino. Empezó a sonar Ginza. ¿Porqué justo ahora?
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Me bajé del autobús, esto me pasaba por ser pobre y tener mala suerte.
El chofer siempre ponía las canciones buenas cuando me iba a bajar.
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Camine hacia la preparatoria y unos albañiles se quedaban mirando mi trasero.
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— ¿khe mira prro? —me dije y salí corriendo hecha madre.
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Cuándo llegué busqué a Lupita pero no había rastro de ella.
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Pero si me encontré con alguien más.
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—Pero mira quién esta aquí. —dijo Petra.
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— ¿Me hablas a mí? —le pregunté.
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—No veo otra estúpida por aquí.
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— ¿Te traigo un espejo? Creó qué no te haz visto todavía. —le dije.
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—Eres una puta. —me dijo.
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—No me vengas a querer tirar mierda si la única cosa con a que te vas a defender es puta. Adiós cariño. —le dije.
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—Puta. —volvió a decir.
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—Mira, por mi punto de vista eres una puta...y por el otro...también. —dije y me gire.
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Sacar mi perra interior era más divertido qué ver peleas de señoras gordas.
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Me sentía más perra que cuándo jugaba ese juego de atrapar hombres en la computadora. Dónde les mandaba besos y ellos se ponían detrás de mí.
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Caminé hacia el baño, tenía ganas de ir.
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Cuándo llegué hice lo mío tranquilamente sin qué nadie me estuviera granando.
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Mire los "Te amó" en él baño.
Los qué ponían eso tenían que poner para quien eran, lo dejan a uno sentado y bien ilusionado.
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Terminé y me dirigí hacía mí salón de clase.
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— ¡Ya llegué estúpidas! —informé.
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Busqué por todos lados a alguien que trajera otra cartulina. Esos que llevan doble cosa por si a alguno de sus compañeros se les olvida, tiene un lugar en él cielo y en mi corazón.
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Le pedí a alex una cartulina y me la dio.
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La maestra de Biología entró por la puerta. Y otra aburrida clase empezó. .
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La clase de Matemáticas era muy complicada.
No entendía ni mierda de lo qué decía la maestra.
¿Letras en las matemáticas?
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Y entonces satanás dijo: "Pongamosle letras a las matemáticas"
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Cómo no entendía nada empecé a revisar mis redes sociales.
Por alguna extraña estúpida anormal subnormal razón busqué a Mario en instragram.
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Lo había encontrado.
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¿Pero qué? ¿Porqué lo tenía en privado? ¿Qué publicaba?
¿Secretos de la área 91? ¿La formula secreta de la cangreburger?
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Suspire, no quedaba de otra.
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Le mandaría solicitud. No, no, mejor no.
Maldito orgullo de mierda.
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Tocaron la puerta y la maestra fue a abrir.
Pasaron unos segundos y regreso.
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—Señorita ___________, valla porfabor. —me dice.
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¿Esperen qué?
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Me paro de mi asiento desconcertada.
Me dirigo hacia la puerta y miro hacia todos lados, pero de un momento a otro alguien me tomo de la la blusa y me jalo.
Me metió al cuarto del conserje.
La luz se encendió y me pude dar cuenta de qué era Mario.
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— ¿Qué rayos te pasa? ¿Porqué me sacaste de mi clase? —le pregunté.
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—Hoy es mi partido. —me dijo.
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— ¿Y, eso qué tiene que ver? —le pregunté arqueando una ceja.
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—Ahora qué lo pienso nada. —dijo y me tomó de la cintura para atraerme a él. —Solo quería un beso.
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—Te voy a prestar ni pinchi vici para que te vallas a ala verga culero. —le dije.
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—No te enojes morenita. —me giño un ojo.
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A veces tengo ganas de querer hasta idiota, pero no colabora.
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Sentí cómo me tomaba del mentón y me atraía hacia él.
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—Tu sonrisa se ve bonita a centímetros de la mía. —me dijo.
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Y me planto uno de esos besos lentos y sin prisa.
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No es por presumir pero tengo el mejor novio de todos.
Nah mentira, no tengo novio. ¡Ayuda!

Juan Bautista ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora