[Mario Bautista]
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.—Esta bien. —acepté.
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.—Y no es que te negaras, cómo quiera lo ibas a hacer. —prendió un cigarrillo. —Así que mañana a primera hora vuelves con esa niña. —se fumó el cigarrillo.
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.—Es una idiota, presumida, engreída, y chillona. —rodee los ojos.
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.—Pues lo siento hijo. —sacó el humo de su boca.
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Odiaba el olor a cigarrillo.
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.—No, no lo sientes. —negué. —Solo piensas en tu estúpido contrato, nunca has pensado en nosotros, en tu familia, para ti es primero tu maldita empresa qué nosotros. —le grite.
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.—Calmate hijo...—dijo mi madre tocandome el hombro por atrás pero quite su mano.
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.—Y eso también es para ti mamá, siempre apoyando a papá, sabes perfectamente que me caga petra. —le dije.
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.—Es la niña perfecta, de buena familia, la qué quiero para ti. —dijo.
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Negué paulatinamente asombrado de lo qué acababa de decir.
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.—Ya lo imaginaba...—asentí. —El puto dinero cómo siempre. —dije por último para irme de hay.
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Caminé hacía la puerta y me fui detrás de ella azotandola realmente enojado.
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.— ¡Mario regresa! —dijo mi mamá pero la ignore.
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Llegué a mi cuarto y lo cerré con seguro.
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Me tire en mi cama, tomé una almohada y me tape la cara con ella.
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.—¡AHHHGGHH!—grité frustrado.
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Odiaba a mi padre por hacer este tipo de cosas, el sabía perfectamente cuánto anhelaba ir a esa escuela de música. Había dado en en blanco.
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Quité la almohada de mí rostro y la puse debajo de mí.
Tomé mi celular de ni bolsillo trasero y lo desbloquee.
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Éste se desbloqueó justo en la galería, donde estaba una foto de ____________.
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Su bello rostro formaba una sonrisa qué parecía ser la cura de al algún cáncer.
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En mi casa parecía ser la cura de mi enojo, pues este se evaporó.
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Ahora qué sera de nosotros morenita. Bueno, si es qué existía ése nosotros.
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.— ¿Lo-lo dices enserio? —me preguntó petra sin poder creer los su le había dicho.
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.—Enserio. —trate de sonar contento, cosa que no funcionó, pero ella era muy tonta para darse cuenta.
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.—Claro qué si mi amor, yo sabía qué me amabas. —me dijo colgándose de mí cuello.
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.—Amar es una palabra muy fuerte, digamos que te quiero...—dije.
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Si, te quiero...matar, ahorcar, disparar darte con un puto palo para que quedes más cagada de no qué estas.
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.— ¿Hoy me puedes acompañar al centro comercial? —me preguntó tocando la punta de su pelo formando pequeños círculos, según ella coqueta. .
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Parecía qué tenía retraso mental.
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Estuve pensando en algo qué me impidiera acompañarla a ese maldito centro comercial, pero sólo algo se me vino a mi cabeza.
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.—Tengo entrenamiento. —mentí.
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.—No me mientas pillo, hoy no tienes, te esperó en la salida. —se acercó a mi y me beso.
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Le respondí al beso, pero éste se me hacia muy asqueroso, no sé si era porqué la odiaba o porqué besaba mal. Las dos cosas.
Pinche estúpida.
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Y aquel besó asqueroso se empezó a sentir realmente bien, y no era por qué fuera una buena besadora, sino porqué la imagen de ___________ apreció. Cerré mis ojos y la besé con más pasión para olvidar el mal sabor de boca de petra.
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.—Podemos ir al armario del conserje ni amor.
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Esa no había sido la voz de mi morenita, ni tampoco diría esas cosas, y el mal sabor de boca volvió cuándo abrí mis ojos y me di cuenta de qué era petra a la qué estaba besando.
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¿Qué mierda de espejismo había sido ése?
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Me separé de ella.
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.—No, es mejor qué te vallas a tú salón, nos vemos luego. —le dije.
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Me miró confundida, si, la había rechazado, y no era porqué me estuviera convirtiendo en gay, siempre les daba lo que querían, sexo, pero había algo que no cuadraba, ese algo era __________. Una pequeña barrera invisible se había formado para ellas. Aquellas qué pedían a gritos que las complaciera.
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.—Okay. —dijo petra antes de irse.
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Caminó hacía su salón y yo me giré para ir hacia el mío.
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Di la vuelta dándome cuenta de qué alguien había presenciado nuestra escena.
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