Capítulo 60

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Les deje una canción arriba, espero que puedan leer este capitulo escuchándola;)



____________ López


Me tomó ente sus brazos e hizo qué giráramos sobre el colchón.

Se incorporó sobre mí, recargó sus manos sobre los costados de mi cabeza y me miro.

— ¿De verdad quieres hacer esto?—preguntó agitado.

—Tú eres la persona correcta para mi primera vez. Supongo que tienes mucha práctica ¿no?—dije.

— ¿Celosa?

—Nunca.

— ¿Hermosa?

—Siempre.

Soltó una pequeña risa.

—Te prometo qué seré de lo más cuidadoso, quiero que sea inolvidable para ti y estoy feliz de qué me hayas elegido a mí para tu primera vez.

—Te amo. —le dije.

No bastó más para qué se acercara a mi rostro y me besara.

Comenzó a besar mis labios, seguí el pasos estos formando un beso apasionado, lleno de amor y locura.

Lo amaba tanto.

Tal vez sea una inexperta, no sabía cómo se hacía esto pero me han platicado demasiado qué mi mente no es lo suficientemente virgen cómo mi cuerpo. Valla cosas.

Incorporé mis manos sobre su nuca y comencé a acariciar su cabello, me gustaba mucho sentirlo, acariciarlo y des-peinarlo.

Pasó su mano por debajo de mi blusa y comenzó a tocar mi piel desnuda.

Cada roce qué me daba causaba a mi piel una electricidad inhumana.

Sentí ahora cómo dejaba pequeños besos sobre mí cuello, incliné mi cabeza hacia un costado para darle mejor acceso. Sus manos ahora intentaban quitar mi blusa.

Tomo los costados de está y los tiro por encima de mi cabeza.

Me sonroje un poco.

Nunca antes había estado al descubierto para alguien.

Al parecer a él le causo ternura el color rojo en cara pues una pequeña sonrisa se había formado en su rostro. Volvió a juntar nuestros labios.

Más y más electricidad ejecutaba mi cuerpo mientras nuestros labios se movían en sincronía.

Los dedos de Mario quedaron al final de mi espalda acariciando la piel causando qué esta se pusiera de gallina.

Sus manos recorrieron todo mi cuerpo para llegar hasta mis piernas y acariciarlas.

Subió un poco y más hasta llegar al cierre de mi short, comenzó a desabrocharlo para poder quitarlo.

Me tense un poco.

Lo desabrochó finalmente y comenzó a bajarlo.

Ahora me encontraba en ropa interior y me sentí un poco insegura con mi ropa interior puesta, los ojos de Mario ni siquiera habían mirado mi cuerpo. No sabía si eso era malo o bueno.

Juan Bautista ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora