Capítulo 15.

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Mario Bautista.


Estacioné él coche en una calle que no conocía. México era tan grande.

Nos bajamos del coche y pude ver cómo _________ me miraba confundida.

— ¿Qué hacemos aquí? —Preguntó.

—Tenía ganas de comprarme algo en él oxxo. —le dije encogiéndome de hombros.

—Qué sea rápido, tengo que regresar a mi casa antes de las 5.

Asentí para empezar a caminar.

— ¿Qué vas a comprar? —me preguntó. —Espero que te compres un café de esos con los que te quemas él pinche hocico.

—Voy a comprar condones.

La morenita abrió los ojos tanto que pensé qué se le saldrían.

— ¿Qué pedo wey?

—Debiste ver tu cara. —empecé a reírme. —Voy a comprar un six de cerveza.

—A veces desearía ser una cerveza.

La mire confundido. ¿Neta?

— ¿Por qué?

—Para que me tomen en serio. —se encogió de hombros.

— ¿Por qué lo dices?

—Porque todos son iguales.

La mire sin entender muy bien.

— ¡De los hombres hablo! —grito y empezó caminar más rápido que yo.

¿Qué escondía esta morenita?

—No todos son iguales. —le dije cuándo llegue a su lado.

—Eso dicen todos. —Me miro. —Hay gente que no cambia ni con él airecito de la rosa de Guadalupe.

— ¿Quién fue? —le pregunté mirándola a los ojos.

— ¿De qué hablas? —dijo también mirándome atenta a los ojos.

— ¡El que te rompió el corazón!

Entre abrió su boca y se mordió él labio. Estaba nerviosa.

—Nadie. —dijo y empezó a caminar de nuevo.

Definitivamente alguien le había hecho algo y creó que ese algo la afecto demasiado.

Por fin llegamos al oxxo y entramos.

Escuchamos una pareja que se estaba gritando en medio del pasillo de bebidas.

— ¿Estas enojada? —preguntó el chico a su novia. Valió madres, esa había sido la pregunta menos adecuada. Las emputaba.

— ¡Qué no kevin! —grito la chica.

—Ya se, estas en tus días verdad. Si, si, es obvio. —dijo asintiendo repentinamente.

Al parecer a la chica no le gusto eso y apretó los dientes.

—Cuándo no me baje pendejo, ese día te vas a cagar. Te vas a cagar. —dijo y caminó hacia la caja.

No sé si les pase pero siempre esta él wey que te cobra y luego dice "del otro lado te cobran" y te quedas cómo ¿Qué pedo?

La chica estaba tan enojada qué cuando el chico que le cobro le dijo "Del otro lado te cobran" se emputo más y aventó los chicles y demás cosas del mostrador al piso.

— ¡Vieja pendeja! —grito alterado.

Aproveche y corrí hacia los chicles y tome unos para salir corriendo. ________ me miro sin poder creerlo.

Un alborotó se hizo en él pinche oxxo. Un guardia vio qué ________ venia conmigo y la tomo en brazos para llevársela posiblemente para arrestarla por ir con alguien él cuál seguía tomando dulces del suelo, y ese era yo. Corrí hacia ella y golpe al policía el cual soltó a ____________. La tome de la mano para salir corriendo. .

—Espera. —se detuvo ________.

Tomo unos doritos y me miro cómplice. Sonreí, era bien cabrona.

Corrimos y salimos del oxxo, empezamos a correr más rápido cuándo nos dimos cuenta de que él policía gordo nos estaba persiguiendo. Tal vez él sea él culpable de todos los temblores que a habido en México.

—Corre más rápido morenita. —dije.

—Nunca fui buena para la física así que cállate.

¿Y si sobornaba al policía? Tal vez quería dinero para las donas. ¿Donas? Si claro, serian para las caguamas. No recuerdo traer más dinero, sólo traía para él six. Él viejo de esta mañana me había pegado en mi polla y se había robado mi dinero. No podía darle unos miserables 50 pesos, algo tenía que aprender de lady 100 pesos.

Seguimos corriendo y llegamos a un callejón. Nos metimos y nos dimos cuenta de que no había salida. Había una barda de alambrado que impedía el paso. ¡Mierda, mierda, mierda!

Mire a ___________. No quedaba de otra que subirla para cruzar.

—Tú sube primero. —dije.

Ella asintió y empezó treparla, la ayudé para que pudiera subir. Sé que no es momento pero no pude evitar mirar sus piernas. Un color dorado exquisito. ¿Sabrán a chocolate? Espero que todo este trabajo y tiempo sierva de algo y poder descubrir si saben a chocolate o no.

Por fin logro subir y brincó hacia abajo. Ahora era mi turnó. Subí tan rápido como pude y desde arriba pude ver cómo él policía corría hacia nosotros. Se veía cansado.

— ¡ME...LAS...PAGARAN CHAMACOS! —gritó pero tenía que hacer pausas púes le faltaba aire.

— ¡LE PAGO ESTA! —le grite.

Brinque hacia abajo y me posicione al lado de _______.

Nos miramos, después al policía, después a nosotros y así por dos veces más para empezar a reírnos.

Caminamos hacia la salida él otro callejón en que estábamos.

Cuándo salimos fuimos en busca del auto y nos subimos para ahora llevarla a casa.

Llegamos a su casa y estacioné él coche.

Ella se giró y me miro.

—Nunca más me vuelvas a hacer esto. —dijo.

— ¿Hacer qué?

—Robamos un oxxo.

—Ah eso, no prometo nada. —me en encogí de hombros.

Ella suspiró rendida. Sabía que insistir era absurdo.

—Me tengo que ir. —apretó la manecilla y abrió la puerta, iba a salir pero la detuve.

— ¿No me invitas a pasar a tu casa?

—le pregunté.

Al chile quería seguir pasando más tiempo con ella. 

Juan Bautista ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora