Capítulo 21

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[__________ López. ]
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Había llegado a la prepa temprano porqué no había hecho la tarea y tenía que hacerla.
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Nadie llegaba hací que salí un momento en lo que llegaban mis compañeros.
Llegué a la entrada de la prepa y me encontré con Lupita platicando con Joel. ¡Uy!
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.— ¡IRALA ERES BIEN TREMENDA! —le grité.
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Los dos se giraron y me miraron. Joel se empezó a reír y Lupita me dedicó su dedo corazón.
Me comencé a reír.
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Terminaron de platicar y Lupita caminó hacia mí. Cuándo llegó a mi lado me giré y le pegué en las chichis por accidente.
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.— ¡Estúpida, mi tabla, idiota! —dijo sobandose.
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Me reí, Lupita no tenia las mejores chichis pero no era para decir que era una tabla, realmente tenía lo suyo.
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.—Te tengo que contar muchas cosas. —le dije.
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Comenzó a sonar en timbré y me sobresalte. ¡La tarea!
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.—Me tengo que ir Lupita, nos vemos en Español. —le dije para empezar a correr hacia mi salón.
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Llegué y todos estaban sentados. Fui hacia mi banco—que tenía porque había llegado temprano—y saque la libreta de Matemáticas para empezar los problemas. Me gire hacia Fernanda para que me pasara los problemas.
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.— ¿Me los pasas? —le pregunté a la más inteligente del salón.
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.— ¿Y si mejor te explicó? —me dijo algo tímida.
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.— ¿Y su mejor te vas a la verga? —le pregunté. —No es cierto Fer, sabes que te amo. —le dije apretando sus cachetes.
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Caminé hacía él primero que vi. Era Beto, ni inteligente ni menso. Pero era mi única salvación pues la maestra estaba entrando.
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.— ¿Me los pasas? —le pregunté.
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.—Están mal.  —me dijo.
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.—Eso no importa, tu pasamelos.
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Me entregó su libreta y empecé a copiar lo más rápido que pude. Hasta las operaciones hice pues luego la maestra piensa que copiamos—cosa que hacemos—.
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Tocaba física—la peor de todas—y nos fuimos a cambiar de uniforme.
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Nos pusimos nuestro short y nuestros tenis.
Salimos todos hacia él campó porqué en profesor nos pondría a correr.
Cuándo salimos me pude dar cuenta de que los de fútbol estaban entrenando, y eso significaba una cosa. Mario estaría aquí afuera. Me di un sape internó ¿Porqué me importaba eso?
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Caminamos hacia él medió del campó y en profesor nos pito para que empezáramos nuestras 10 vueltas.
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Empecé a trotar juntó a Fernanda, a ella tampoco me gustaba esta clase.
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.—Oye ___________. —dijo y me gire a mirarla.
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.— ¿Qué paso?
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.— ¿Porqué ese chico se te queda viendo? —me preguntó.
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.— ¿Qué chico? —le pregunte.
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.—Se discreta y voltea es él que esta sentado recargando sus hombros sobré sus rodillas. —me dijo.
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No fui para nada discreta y me giré cómo la exorcista para mirar al sucio pervertido. Era de esperarse, era Mario.
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Lo miré mal ganandome un giño de parte de él.
Abrí mis ojos sin poder creerlo, era insoportable.
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.— ¡___________ cuidado! —grito Fernanda y me giré para mirar un balón viniendo hacia mí. ¡POR ESO ODIABA FISICA!
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Desperté en un lugar que no conocía, oh esperen. ¿Era la oficina del director?
¡Auch! Me dolía mi cabeza.
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Alguien se acercó a mi, era ¿Mario?
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.— ___________ qué bien que ya despertaste. —dijo.
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.— ¿Qué estamos haciendo aquí?
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.—Un idiota te golpeó con él balón y te desmayaste. Realmente de dio un buen madrazo. —dijo riendo.
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.— ¿Y porqué estamos en la dirección? .
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.—Porqué no se di lo recuerdes, pero no tenemos enfermería y aquí es donde se encuentra él botiquín. —me explicó.
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Asentí.
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.— ¿Cómo te sientes? —me preguntó.
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.—Me duele culero la cabeza. —le dije. .
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.—En un rato se te cura, yo tengo más madrazos de balones que metas en la vida y mira no me a pasado nada.
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.—Tal vez esa sea la razón de que siempre digas tantas estupideces. —me paré y me acomode en mejor en él sillón. — ¿No te cansas de decir tantas estupideces?
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.—Podría hacerlo todo él día.
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Habían terminado las clases. Me dirigí hacia la salida pero me topé con alguien.
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—Hola morenita. —dijo Mario.
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.— ¿Qué quieres?
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.— ¿Te acompañó a casa? —me preguntó.
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Lo mire confundida.
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.—No. —negué.
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.—Ni que fueras mi mamá para obedecerte. —me dijo.
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Empecé a caminar hacia mi parada del bus y él me siguió. Me pare de golpe y me giré.
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.— ¿Es en serio? —le pregunte.
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.—Por supuesto. —asintió.
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.— ¿Y tú carro?
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.—Se quedo sin gasolina, mi padre me trajo esta mañana. —se encogió de hombros.
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.—Ash, esta bien. —dije rodando los ojos.
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Caminamos hacia la parada sin decir ni una sola palabra. Realmente agradecía eso. Pero cómo siempre él tenía que cagarla.
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.—Tienes unas piernas muy bonitas. —me dijo.
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Lo mire mal.
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.— ¿Porqué me estabas mirando las piernas? —le pregunté cruzandome de brazos.
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.— ¿Porqué no? —arqueó una ceja.
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Suspire frustrada, me estaba empezando a enojar.
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Nos sentamos a esperar el autobús.
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.—Te vez bonita cuándo te enojas. —me dijo cerca del oído.
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—Me voy a ver hermosa si me sigues chingando.
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Nos habíamos subido al autobús y no paraba de reír. Mario nunca había subido a uno. Cuando le entrego un billete de $500 pesos al chofer este lo miró mal, era obvió que no traía feria. Lo tuve que pagar yo. El autobús iba lleno —cómo siempre —y todos los cuerpos sudorosos de las personas me asfixiaban. La gente empezó a disminuir pero no había asientos disponibles.
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—Ese señor te esta viendo él culo. —dijo Mario en mi oído.
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Lo mire confundida y volteé discretamente a mirar al señor que mencionó dándome cuenta de que era verdad lo que decía.
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Él señor pedófilo me estaba mirando él culo.
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Me gire con asco para mirar a Mario y este formaba puños a sus costados muestras apretaba la mandíbula.
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.—Nadie mira mi culo. —dijo para acercarse hacia él señor y plantarle un buen golpe.
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Y prácticamente comenzó una pelea en un autobús el cual se movía de un lado a otro.
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Juan Bautista ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora