→ VI: Confesión

3.7K 388 148
                                    

¡Aaaaaaaa! —grité. Mi corazón se quería salir de mi pecho.

Algo que agradecía es que mi cuarto fuera insonoro. Aunque también era algo que maldigo.

Si la monja esa del conjuro me matara, nadie se daría cuenta hasta la mañana siguiente.

Después de ver esa película tengo tanto miedo.

Que gay sonó eso.

Pero definitivamente, yo no quería dormir solo. Y por ello, salí corriendo por los pasillos hacia la habitación de mis padres.

¡Yuu! ¡ya te había advertido que no fueras a ver esa película! —gritó Guren, enojado—, ¡fuera del pasillo y vete a dormir!

Bufando, salí corriendo desanimado hacia el cuarto de Yoichi, pero recordé que él se quedaría en casa de una amiga.

Hermosa mi suerte.

Sólo me quedaba Mika.

¡Pero me daba vergüenza!, ¡no quería!, ¡no podía!

Pero tampoco quería dormir solo y mucho menos quedarme en en ese pasillo oscuro.

Salí disparado hacia el cuarto de mi mayordomo. Me importaba un rábano mi orgullo justo en ese instante, tenía miedo.

¿Quién... es? —le oí preguntar adormilado después de que toqué su puerta como tres veces.

S-Soy yo —avisé.

¿Eh? ¿Yuu-chan? —parecía confundido—. Pasa.

Justo cuando lo avisté, me tiré como gato sobre él. Y al darme cuenta de lo que hice, me sonrojé furiosamente.

Y-Yuu-chan, ¿qué pasa? —preguntó cerrando la puerta; escondí mi cara en sus cobijas.

N-No quiero dormir solo...

¿Tienes miedo? sentí que volvia a acostarse a mi lado yasentí. Él rió despacio y acarició mi cabello—. Está bien, duerme aquí.

Con la cara roja de la vergüenza, sentí que en la oscuridad de su habitación, Mika me arropó y brindó almohada.

Traté de regular mi respiración y me volteé, ya que le había estado dando la espalda a mi mayordomo.

Vi su rostro que estaba iluminado levemente por la luz de la luna que emanaba de la ventana de su habitación; tenía un leve rubor. Sentía su respiración en mi cara, su pecho subía y bajaba tranquilamente, tal vez ya se había quedado dormido.

Su belleza que sobrepasaba las expectativas, me encanta. Su boca semiabierta, sus finos y delineados labios; me dieron ganas de besarlo.

Pero, ¿y si se despierta?, ¿y si me pega?, ¿y si se enoja?

No sé, pero creo que me arriesgaré.

Me acerqué un poco, con cuidado de no moverme demasiado y despertarlo; mi cara y la suya estaban a centímetros de distancia.

Saqué valor y me acerqué, chocando nuestros bocas tímidamente.

Rocé sus finos y delicados labios, eran tan suaves y dulces que me provocaba morderlo, pero si lo hago, obviamente lo despertaré y eso es lo ultimo que quiero.

Mi mayordomo [MikaYuu] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora