→ XXXIII: Octavo mes

1.5K 164 36
                                    

G-Goshi-sama, me está asustando —oí chillar a mi prometido desde el pasillo, y de inmediato corrí hacia aquel lugar en donde había oído su voz.

—Tío, ¿qué diablos le haces a mi prometido?pregunté cruzándome de brazos; Goshi-san tenía agarrado a Mika del cuello de su camisa, y le estaba sonriendo cínico.

lo le preguntaba que tanto te hizocontestó neutral, ya soltándolo.

Tío, eso no tiene que ver contigo, es nuestra vida privada —suspiró.

¡¿Ah?! —gritó acercándose a mí con un gesto de dolor fingido—. ¡¿Ya no quieres ser mi sobrino consentido?! ¡bien! ¡iré con Yoichi!

Es tan dramático —reí en cuanto lo vi echarse a correr lejos de mí.

No creo que tú seas quien deba decir esose mofó mi rubio, acercándose a mí.

¡Oye...!

Te envidio un poco —interrumpió mi berrinche.

¿Eh? ¿por qué?

Porque tienes una familia tan cálida como esta.

Mikalo abracé.

Calma, no estoy triste, de hecho es gracias a tu alocada familia que podré formar mi propia familia y lo más importante, tú estás en ella —susurró acunando mi rostro.

Sonreí mientras él me besaba; después me cargó como princesa haciendo un esfuerzo y me llevó hasta el sofá de la sala. Cabía resaltar que mi pancita estaba más grande que nunca.

Era casi insoportable, la espalda me dolía mucho a veces y los pies se me seguían hinchando de vez en cuando, así como que ya podía sentir cada vez más seguido como Michi se movía dentro de mí.

Se sentía como mariposas, así como cuando estábamos enamorados y veíamos a la persona que nos gustaba, sólo que algo más intenso.

Además de que el pequeño me pateaba constantemente, Mika me sobaba la pancita hasta que me durmiera y lograba descansar aunque fuesen dos horas de seguido. Y luego yo volvía a levantarme y se repetía el proceso.

Graciasmurmuré recibiendo una copa con gelatina de limón.

Con gustose acomodó a mi lado y me abrazó mientras enciendía el televisor.

¡Steven Universe!grité en cuanto vi la serie.

Estaba por subirle el volumen, si me lo permitesrió.

Idiota.

Tu idiota.

Sabía que la gran mayoría de las veces que lo llamaba "idiotael, él me respondía así; se había hecho una costumbre, y luego de eso venía un beso, seguido de un "te amo".

Era lo que mas me gustaba de insultarlo: siempre terminaba en un beso y muchas caricias.

Estuvimos en la sala mirando dibujos animados toda la tarde, luego cenamos en mi habitación; ya era hora de dormir, por lo que nos hallábamos poniéndonos la pijama.

Ven, te ayudomi ojizafiro me ayudó a ponerme un camisón que me llegaba hasta un poco mas arriba de las rodillas; pues yo ya traía puesto mi bóxer.

Mi mayordomo [MikaYuu] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora