Sentía que me faltaba aire, desperté con mucha de pereza y observé mi pecho: Mikaela Tepes. Eso er alo que me impedía respirar correctamente, estaba abrazado a mí, con su rostro en mi torso y nuestras piernas enredadas.
Sonreí para mí mismo y vi que él se removió sobre mí.
—Buenos días, Yuu-chan —saludó bostezando.
—Buenos días, Mika —saludé con un leve sonrojo—. ¿Te bajas de encima? No respiro.
Se bajó rápidamente mientras reía en voz baja, me senté en la cama y él me abrazo con algo de fuerza, lo que correspondí gustoso.
—¿Te duele mucho? —preguntó.
—Me siento mejor, tranquilo —lo calmé.
—¿Comes aquí o quieres bajar? —pregunté ya soltándome un poco de su agarre.
—Aquí —respondí; él tomó el teléfono.
Mientras esperábamos, hablamos durante un rato hasta que tocaron la puerta, mi rubio fue a abrir, recibió nuestros pedidos y volvió a la cama con ellos. Empezamos a comer con algo de silencio, aunque ese silencio se volvió incómodo, no sé porqué, casi nunca nos pasaba eso y no entendía la razón.
—Yuu-chan —me llamó, lo miré—, ¿qué quieres hacer luego? Ya mañana volvemos a casa.
—¿Tan pronto? —hice un puchero.
—La semana se pasó volando, lo sé —sonrió—. Pero... mira el lado bueno.
—¿Cuál lado bueno?
—Cuando volvamos y tú te cures completamente, podré hacerte gemir mi nombre muy fuerte —me guiñó un ojo, coqueto—. Pero eso es algo que sólo yo y nadie más que yo podrá escuchar.
—¡I-Idiota!
Mi cara se volvió roja a más no poder mientras le daba un zape; ese idiota siempre me avergonzaba, aunque lo amaba tanto.
Tras esa pequeña discusión, seguimos comiendo, esta vez entre risillas y anécdotas de los dos.
—Gracias —dije cuando retiró la bandeja de mi regazo.
Él sonrió cálidamente y dejó los platos en el pequeño carrito.
Me cargó como princesa, llevándome hasta el baño; no me quedaban ganas de levantarme, además de que dolía mucho si lo hacía.
Sus fuertes brazos me apretaban con delicadeza para no caerme; me dejó sentado en un pequeño banco que había al lado de la bañera y la puso a llenar. Yo me puse a mirar como la cantidad de agua iba aumentando, y cuando devolví la vista hacia Mika, él estaba desnudo frente a mí.
Con su Mikaconda al aire...
—¡¡C-Cubrete!! —grité avergonzado mientras ponía mis manos sobre mis ojos.
—Calma, no te haré nada, sólo vamos a bañarnos juntos, ¿si? —asentí cubriendo mi rostro—. Además, te he visto desnudo muchas veces, ¿de qué te avergüenzas?
—Cubre a la Mikaconda, si la veo yo...
—Oh —exclamó—, ¿la Mikaconda te calienta?
—¡¡M-Mikaela!!
—Ya, ya.
Quitó mis manos de mi cara, yo cerré los ojos; sentí que me quitaba la ropa hasta dejarme desnudo, luego me cargó de nuevo y entramos juntos a la tina, que ya estaba llena.
Él se sentó y me puso en medio de sus piernas abiertas; sentí una corriente eléctrica cuando la Yuucueva chocó con la Mikaconda.
Mi cuerpo empezó a reaccionar y yo decidí disimular: puse ambas manos sobre mi "problema" e intenté cubrirlo.
—¿Qué pasa? —preguntó mi rubio, sentí mi cuerpo tensarse aún más.
—N-Nada —eso ni yo me lo podría creer; mi tono había sido muy obvio.
Sentí su aliento en mi cuello, supe que me estaba observando detenidamente, cerré los ojos con fuerza y esperé a que hablara.
—Eres un pervertido —le di un suave codazo en el estómago—, sólo nos estamos bañando y ya te pusiste duro.
—C-Callate —susurré sonrojado, él sonreía burlón.
Me estremecí al sentir las manos de mi rubio en aquella zona íntima que él sabía estimular de la forma más erótica posible. Comenzó despacio, sacándome uno que otro suspiro algo sonoro, luego aumentó el ritmo, sacándome jadeos y agitando mi respiración.
—Ngh... Mika... sí... mnh... ngh...
—Yuu-chan... —susurró en mi oído con voz ronca.
—Mika... ngh... ah... mnh...
Movió sus manos más rápido, mientras acariciaba y apretaba mi trasero y mis muslos; cuando por fin llegué al orgasmo, lo escuché al él gruñir, así que giré mi cabeza con curiosidad: él se estaba dando placer a si mismo.
—¿Y me dices pervertido a mí? —cuestioné levantando una ceja.
—Si estuvieses bien, te habría penetrado.
—Vete a mierda.
Él rió, y tras terminar de asearnos y vestirnos, Mika volvió a cargarme para bajar al comedor del hotel, en donde estaban mis padres, Krul-san y Asura.
—Me alegra que te sientas mejor —me dijo mi mamá al avistarnos—. Estábamos muy preocupados.
—Gracias, mamá —le sonreí a la par que mi rubio me dejaba sentado en frente de él.
—Perdona, Yuu —intervino Krul—. Lo que Ferid hizo... Si sólo hubiésemos tenido más cuidado...
Vi como cerraba los puños casi por inercia, incluso apretaba la quijada, se veía como Mika cuando este se molestaba; puse mi mano sobre la de ella, de inmediato abrió los puños y dejó de apretujar su quijada, la miré comprensivo para que supiera que estaba bien y que no importaba mucho.
—Está bien —le sonreí—, después de todo, todos fueron a ayudarme, y Mika me salvó.
Escuché como todos, a excepción de mi papá decían "aw" y yo me sonrojaba; mi novio, quien estaba de pie detrás de mí, se inclinó a un costado y me dio un beso en los labios, seguido de un "te amo"; le sonreí ampliamente. Estaba muy feliz de tenerlo a él en mi vida.
//♥//♥//♥//♥//♥//♥
Que lindos esos dos 7w7r xD
Espero les haya gustado
Bye!
ESTÁS LEYENDO
Mi mayordomo [MikaYuu] |Terminada|
Fanfiction"Donde Yuu es un doncel adinerado y Mika es su mayordomo personal". • Esta fue mi primera historia MikaYuu, así que no fue mi trama más original, pero sí la que me ayudó a crecer • Historia Yaoi. ChicoxChico. Boy Love. M-Preg (embarazo masculino). C...