Mi mayordomo [MikaYuu] |Terminada|

→ LI: Desvirginado

—Nos vemos, Michi-chan —Gyu me sonrió y me dio un corto beso en la frente.

—N-Nos v-vemos, Gyu —me despedí sonrojado.

—¡¡Mikaela!! ¡¿oíste!? ¡¡le dice Michi-chan!! —exclamó mi abuela Krul, causando que mi abuela Shinya y mi tío Asura empezaran a gritar como locos.

—Hasta luego —Tachibana-san y Aikawa-san hacen una reverencia.

—¿Qué hora es? —bostezó mi papá.

—La una y treinta y siete —respondí mirando mi teléfono.

—¡¿Qué?! —chilló mi mamá—. Pero si es demasiado tarde, ¿ustedes tienen auto?

—Hoy lo dejé en el taller —contestó mi suegro.

—Las chicas ya se durmieron, por lo que no podemos ofrecerles un auto, pero pueden quedarse a dormir esta noche, si no les molesta, claro —ofreció mi mamá con una sonrisa dulce.

—¡Yuu! —se quejó mi abuelo.

—¡Yuu-chan! —y mi papá también.

—Silencio —regañaron mi mamá y mi abuela Shinya a la misma vez; me pasó un escalofrío por la espalda. 

Mi abuelo y mi papá no tuvieron más opciones que aceptar; Tachibana-san y Aikawa-san dormirían en la habitación de huéspedes y gracias a mi mamá, Gyu dormiría en mi habitación con un futón.

Ya todo estaba preparado, y nosotros dos estábamos en mi habitación esperando a que mis papás se fueran para dormir.

—Buenas noches —nos despedimos Gyu y yo.

—Descansen, bebé, Gyurei —mi mamá se acercó y dio un beso en la frente de cada uno.

—Gyurei, si mi hijo amanece sin virginidad esta noche, te la corto —advirtió mi papá.

Mi mamá rodó los ojos y nos hizo señas que decían que no le prestáramos atención; él ya sabía que yo no era virgen, pero mi papá no.

La tenue luz de luna lograba iluminar la habitación levemente; mi cuarto antes le perteneció a mis papás y ellos me habían dado el que tenía porque ellos querían uno más grande.

Aparte, como Gyu no tenía pijama aquí, tuve que prestarle alguna;  aunque como yo era más bajito que él, sólo le pude prestar unos pantalones que me quedaban grandes. Y bueno, para no hacerlo sentir incómodo al ser el único semidesnudo, yo sólo me puse una camisa grande y un bóxer.

Aunque en ese momento yo me arrepentía; Gyu me estaba comiendo con la mirada.

—Michi-chan —me llamó mientras me subía a la cama; en cuanto estuve cómodo giré a verlo—. ¿Me dejas hacerte el amor?