Mi mayordomo [MikaYuu] |Terminada|

→ XXVI: Primer mes

Fui a mi primer chequeo médico para revisar algunas cosas por mi embarazo: enfermedades y eso.

Jamás había visto a Mika tan posesivo.

Era como si el diablo estuviese en su cuerpo.

¿Yo que culpa tenía?

Había estado serio desde que llegamos del hospital, me sonreía y besaba, pero se le notaba el enojo.

Estabámos en mi cuarto en la cama, aunque él no me abrazaba, cosa rara, porque cuando estábamos en mi habitación era cuando él se aprovechaba de la situación.

—¿Mika? ¿qué tienes? —pregunté tomando su mano.

—Nada —respondió sin apartar la mirada de la televisión.

—Mika.

—Yuu-chan, no tengo nada —respondió esta vez mirándome.

—Mikaela —me estaba enojando.

—Yuu-chan.

—¡¿Qué demonios te pasa?!

Mika estalló en carcajadas, como burlándose de mi existencia, lo que me dieron ganas de patearlo.

—¿De qué mierda te ríes? —pregunté entre pausas, apretando mis puños.

—Ya enserio, no tengo nada —me sonrió cálidamente—. Es sólo que recuerdo al maldito doctor insinuándote y mi tranquilidad se va a la mierda.

—¿Ah? ¿era sólo eso? —dije; giró su cabeza como el exorcista para verme.

—¿Sólo "eso"? —cuestionó haciendo comillas con sus dedos—. Pues "eso" no me gusta —renegó—. No quiero que te enamores de alguien más; yo te amo, y tú dices que mis celos no son importantes —fingió llorar.

Luego de que lo calmara, o tratara de hacerlo, terminando con varios chupones en mi cuello; bajamos a la sala, en donde estaban reunidas las criadas, y en donde nos unimos a ellas, sentándonos en el sofá más grande.

—¡Oh, Romeo! ¡Romeo, ¿dónde estás que no te veo?! —grité al aire en tono divertido.

—¡Aquí, mi Juelita, esperando por ti! —respondió mi rubio entre risas.

Las criadas estallaron en carcajadas mientras Mika y yo las acompañábamos.

Estábamos intentando recrear una escena de Romeo y Julieta; me estaba divirtiendo mucho con mi novio y las criadas.

—¡Oh, mi Romeo, violame tantas veces como quieras! —solté una risilla divertida.