Mi mayordomo [MikaYuu] |Terminada|

→ XXXVIII: Pasado

Desde que habíamos llegado a la casa sentía una presencia extraña que me seguía; era muy raro, me sentía acosado.

Quería no prestar atención a ello, pero me era casi imposible.

Ojalá que nada raro pasase.

En ese momento, estábamos en la cocina; Michi tenía hambre y Mika le estaba preparando una compota casera de manzana.

—Ma... má... —oí balbucear a mi bebé.

—¡Mika! —grité emocionado.

—Dime —mi esposo giró a verme desde el buró.

—¡Escucha, escucha! —me acerqué a él—. Vamos, Michi, ma-má.

—Ma... má...

Quería llorar, sus primeras palabras.

Mi esposo sacó su teléfono y empezó a grabar a nuestro hijo que seguía repitiendo "mamá".

Yo iba a gritar de lo emocionado que estaba en ese momento.

Michi ya tenía un año y seis meses de vida; y ni siquiera se imaginaban la tremenda fiesta que le hicimos por su primer añito. Todo había salido perfecto.

Además, mi bebé era tan lindo; sacó los ojos más hermosos del mundo: los de su padre, y también mi color de cabello, aunque tenía unos rasgos físicos como los de mi papá.

No sabía ni que iba ahacer con tan hermoso espécimen.; lo adoraba y él era tan tierno.

Yo le daba mimos a mi pequeño hijo; que ya me costaba un poco cargar por su tamaño y peso.

—Y ahí es cuando yo digo que eres peor que Shinya-sama —se rió mi esposo, mirándome mimar a Michi.

—Déjame —espeté.

—¿Quieres que vayamos al parque? —preguntó Mika.

—Vamos —sonreí.

Después de darle la compota a Michi, tomamos lo necesario y salimos caminando de la casa.

[…]

—Miren bien a ese pequeño, Crowley, Akane-chan —espetó el peliplatinado.

—Sí —contestaron los dos aludidos al unísono.

Lentamente, se iba acercando el momento de poner en marcha el plan.

[…]

—Tenemos años de no venir a este parque —comenté riendo.

Nos sentamos en una banca para observar el enorme lago que había en el bello parque cercano a la casa; estaba lleno de patos y las personas y los niños pequeños los alimentaban.

Mika, Michi y yo, ¿haríamos lo mismo algún día?

Yo esperaba que sí, porque yo no planeaba dejar que mi familia se desmoronara.

—Yuu-chan —llamó mi esposo; lo miré—. ¿Alguna vez has sentido que ya me conoces?