→ LV: Enseñanzas

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Ya murió, mañana vendré por mi pago —avisó Aki mientras agarraba el cuerpo sin vida de Ferid y lo ponía en una gran bolsa negra para después subirlo a su hombro.

Está bien —aceptó Gyurei mientras el hombre se iba.

El azabache suspiró más relajado y admiró la habitación en que aquel pelilargo había sido torturado; ya no había nada, sólo pizcas de sangre que a nadie le importarían, pues Ferid no tenía ninguna familia aparte de Mika.

Su ropa estaba levemente manchada de sangre, así que siguiendo lo que Aki había dicho, se acercó a un enorme incinerador, se quitó todas sus prendas, incluyendo los zapatos y los quemó para no dejar evidencias.

En la salida había un cambio de ropa que tomó y salió de ahí como si nada hubiese ocurrido.

[...]

—¡Gyurei, te estoy hablando! —chilló el Tepes menor a su lado.

¿Eh? —el aludido lo miró nervioso—. Lo siento, estaba pensando.

Lo notéinfló las mejillas.

Perdona, ¿decías?

Michi lo miró con reproche; no le gustaba que su novio estuviese tan metido en sus pensamientos.

Yuu iba pasando por ahí y decidió hablar con la pareja de su hijo de un tema que lo había estado molestando desde que se enteró que ellos habían empezado una relación; el ojiesmeralda llamó a Gyurei como tres veces antes de que este le respondiera.

Lo siento, Yuu-san —excusó al darse cuenta de que tenía a uno de sus suegros al frente—. Estaba pensando.

¿Te encuentras bien?preguntó el azabache mayor, preocupado; Gyu asintió—. Michi, ¿me dejas conversar un rato con Gyurei?

Claro, mamáel Tepes menor le sonrió un poco—. Te espero en mi habitación, Gyu.

Ambos azabaches esperaron a que el menor se fuera y entonces, después de que Yuu se sentara frente al Aikawa, este habló.

¿Pasa algo, Yuu-san?interrogó.

Te portas raro, ¿acaso estás preocupado por algo?

A-Ah, bueno...frotó su nuca, nervioso.

No sé si sea lo que te diré, pero he querido tratar este tema contigo desde que empezaste a tener relaciones con mi bebé —avisó.

E-Eh, bueno, ¿sí? —respondió inseguro, con la cara roja de la vergüenza.

¿Por qué dudas?

B-Bueno, que usted me pregunte esto me pone nervioso —admitió.

Calma, no es nada raro que ustedes hayan tenido sexo ya, lo importante es que se protejan —le sonrió—. Ustedes son jóvenes y bueno, eso es muy normal para su edad, las hormonas alborotadas y eso.

El pobre Gyurei estaba rojo de la vergüenza y a duras penas podía contestar a las preguntas que Yuu le hacía con respecto a su relación con su hijito; el azabache más bajo de la habitación estaba erizado y con el corazón agitado por tanta pena.

Mi mayordomo [MikaYuu] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora