→ XX: Recuerdos

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Llegué al hospital mas cercano hacía apenas cinco minutos, unos enfermeros y médicos se llevaron a mi Yuu-chan en cuanto entré corriendo como loco y me dejaron esperando con la enorme ansiedad de perderlo.

Solo él podía hacerme feliz; mi pobre corazón solo latía por él, lo amaba con todo mi ser, y no soportaría verlo sufrir.

[...]

Mi cuerpo dolía.

¿Dónde estaba yo?

Las paredes eran blancas y estaba acostado en... ¿una cama?

Mi brazo estaba canalizado y bajo la bata esa que le ponen a los pacientes, sentía mis caderas vendadas; mi cuerpo se sentía débil, me sentía extraño, no veía nada más que blanco.

Quería verlo... ¿eh...? ¿a quién?

Oh, veo que despertaste —murmuró un doctor entrando en el cuarto—. Yo seré tu medico, me llamo Kei.

Soy Yuu —contesté.

Revisó un par de cosas, además de preguntarme si sentía dolor, y luego se paró frente a mi.

Hay alguien muy preocupado por verte —dijo; asentí.

Pasaron alrededor de cinco minutos cuando vi a un chico asomarse a la puerta; estaba llorando, era rubio y sus ojos eran azules.

Yuu-chan... —susurró y se me erizó la piel de inmediato.

Caminó a paso lento hacia mí; yo intenté retroceder por instinto.

¿Yuu-chan? ¿qué ocurre? preguntó confundido sin dejar de llorar.

—¿Quién eres y por qué me llamas así? cuestioné serio.

Su boca se abrió totalmente y más lágrimas brotaron de sus lindos ojos; me dolía verlo así, pero no entendía, ¿por que me dolía? Yo ni siquiera sabía quien era él.

Yuu-chan... Yo soy... Yo...balbuceaba.

Deja de llamarme así, por favorpedí nervioso.

Vi como se agacho en el suelo y sollozaba en voz baja, duró así unos cuantos segundos; luego se levantó del suelo y me miró tratando de retener las gotitas bajantes de sus cuencas.

Soy Mikaela Tepes, soy tu mayordomo y tu novio —susurró apretando los puños.

¡¿Novio?! grité exaltado.

A-Así es, y te llamo con el "chan" porque me gusta hacerlo y a ti no te molesta que lo haga sentí mis mejillas arder.

No te recuerdo.

Vi como sus ojos eran manchados por más y más lágrimas, yo sólo podía observarle y tratar de recordarle, pero me dolía; mi cerebro no quería colaborar, y el chico llorando frente a mí no ayudaba mucho.

Mi mayordomo [MikaYuu] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora