→ XXVIII: Enfermo

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¡Achu! —estornudó mi rubio.

Mika, ¿te encuentras bien? —pregunté yendo a su lado.

Creo que me resfrié, pero estoy bien —contestó frotando su nariz.

Yo lo miré inseguro y gruñí no muy convencido de sus palabras.

¡Estás ardiente! —exclamé con una mano en la frente de mi novio mientras le revisaba la temperatura.

Claro, como todos lo días —mierda, no capté el doble sentido de mis palabras.

Dejate de idioteces, recuestateordené serio, él negó—. Hazlo, ahora.

No me le lancé encima, haciendo que cayera acostado en mi cama—. ¿Yuu-chan?

Te quedaras aquí, quieras o no regañé, recondando a Rasputia.

N/A: Rasputia es un personaje de una película cómica: "Norbit", por si no sabían.

Sonreí complacido al ver que suspiraba derrotado y se quedaba acostado en la cama.

Me bajé de sobre él y le quité los zapatos y le desabotoné la camisa, mi novio estaba un poco sonrojado, pero era por la fiebre; salí de mi cuarto directo hacia la cocina, donde en un gabinete, guardábamos lo necesario para tratar resfriados, golpes, quemaduras, cortadas, etc.

Tomé lo que iba a necesitar: pastillas para la fiebre y dolor de cabeza, paños y agua con mucho hielo.

Subí casi corriendo y puse todo en mi mesa de noche observando a Mika que yacía acostado de lado, dándome la espalda.

Lo miré con cuidado, guardando en mi memoria cada detalle del ojizafiro: sus dorados cabellos y su ancha espalda.

Había pasado ya un mes desde que fuimos a la playa, nuestra relación se tornó aún más seria, Krul-san y Asura nos prometieron visitarnos cada mes; a parte, aunque le dije a mi novio que podía dejar de trabajar, él no quería, ¿por qué?

"Porque así puedo estar contigo todo el tiempo".

Al recordar aquello que dijo me puse como tomate, y sentí mi corazón dar un brinco cuando noté cuenta de que él me miraba; su rostro era tan perfecto, parecía tallado por los mismísimos ángeles.

Sus ojos me recordaban al mar, tan profundos y misteriosos; sus finos y dulces labios que no se comparaban ni con la cereza más roja y dulce, su pequeño sonro...

¡Debía dejar de fantasear!

¿Yuu-chan? rió.

Perdona, estaba pensando puse un paño remojado en agua helada sobre su frente.

¿Qué pensabas? sonó serio, dejé escapar un suspiro; maldito celoso.

Sólo te estaba mirando descansar sinceré.

¿Y te gusta lo que ves?

¡Idiota!

Le di un empujón leve, haciendo que terminara acostándose boca arriba completamente, Mika estaba bastante sonrojado gracias a la fiebre, pero aun así se veía muy lindo; a parte de eso, enfermo y todo, seguía con ganas de joderme.

Mi mayordomo [MikaYuu] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora