Celos II

1.7K 217 73
                                    

"No te olvides de invitar a Andy a la fiesta de disfraces." Berni

Le mando a Cora ni bien se sube al auto de Andrés.

Después de la última vez, no volví a ver a Ian, cada vez que nos juntábamos en la cueva él simplemente no estaba. Tal vez estaba en algún lado revolcándose con Rocío. Por más de que pensé que esto no me iba a pasar, tengo ganas de verlo, quiero volver a encontrarme con su cara de pocos amigos. El problema es que me sigo intentando convencer de que si solo sé más de Hüter, las pesadillas van a disminuir, pero en este momento no estoy tan segura.

—¿Vamos a alquilar disfraces?

Me pregunta Jimena mientras empezamos a caminar por la vereda, dejando solo a Esteban a quien le acaban de robar a su novia, por enésima vez. Me pregunto si estará aliviado cada vez que Cora se va con Andy.

—Vamos.

Respondo abriendo las puertas de mi auto y metiéndome dentro. No es un autazo como el de Ian o el de Ray, aunque es mucho mejor que el de Andy de seguro.

—¿De qué te vas a disfrazar? Yo estaba pensando en una bruja sexy o no sé... ¿Podemos ir combinadas? Tipo de gatitos siameses. Hay unos disfraces divinos de piratas... seguro nos quedan fantásticos ¿Vos viste alguno?

—Sí.

Respondo girando el volante con una mano y sacando mi celular con el otro.

—¿De qué querés ir?

Pregunta ella con sorpresa, generalmente no soy de darle muchas vueltas a estas cosas, en un caso normal dejaría que Jimena eligiera lo que quiera para mí.

—De Ángel.— Respondo llevándome el teléfono al oído. — Hola, Ray.

Te dije que me llamarás más temprano.

Dice del otro lado de la línea.

—Tengo una fiesta, no voy a ir a tu casa este sábado.

¿Cómo qué no? Tenía todo organizado, compre lubricante, un consolador y unos tacos para que me camines encima, me decís lo mierda que soy y lo mucho que te encanta tratarme para el culo.

Ladra sarcásticamente.

—¿El lubricante y el consolador eran para vos?

Pregunto con una media sonrisa que Jimena festeja con una carcajada mientras buscamos lugar para estacionar cerca del local de alquiler de disfraces.

¿Por qué no venís?

Por su tono me lo imagino tirado contra el respaldo de una silla con un lápiz sobre la oreja mientras anota cosas y escribe en su computadora. Debe estar trabajando en su casa, siempre fue un poco obsesivo con trabajar después de hora. Miro el reloj. No, todavía es muy temprano.

—Tengo la fiesta de disfraces de fin de año que organizan los de cuarto.

De dos maniobras hábiles estaciono y bajo del auto. Jimena sale disparada dentro del local donde la encuentro ya revisando miles de disfraces, con la cara entre las perchas.

—Ah... Esteban me había dicho algo, me dijo que Cora iba ¿Van las tres? ¿Necesitas una cita?

—No, estoy bien. ¿Eso significa que vas?

Mmm, no creo, sabes que no me gustan los disfraces. Pero no te quiero dejar como la única sin compañía.

—Esteban no va, tiene una competencia el domingo en la cual supongo que no vas a participar.

Reviso entre perchas hasta encontrar la tela blanca que estoy buscando. Sé que Ray nunca se anota en competencias regionales, a diferencia de Esteban que compite cada vez que tiene oportunidad.

CínicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora