El hotel estuvo completamente en silencio durante todo el día, seguramente el 98% de los jugadores teníamos una resaca que nos moríamos, y yo el primero, nos pasamos bebiendo.
Después de pedirle disculpas a Andrea volví a la cama, y caí en un sueño profundo. Cuando me desperté eran como las once de la noche, intenté volver a dormir pero no pude.
La culpa me atormentaba, no había sido justo con Andrea, y encima ayer hice el ridículo delante de ella, se habrá llevado una pésima imagen de mí. Lo peor de todo es que el maldito de Neuer está ganando puntos con ella.
Miré al techo de la gran habitación, y luego a ambos lados de la cama, suspiré.
Pensé en la nochecita de ayer con Daniella, madre mía, fue intenso, me deja casi muerto esa mujer.
Luchando contra la pereza, me levanté y me metí en la ducha, tal vez me vendría bien y podría volver a dormir. Cuando me puse la ropa interior y los calzones de entrenamiento, tocaron la puerta.
Eran ya las 00:32 de la noche, no creo que sea Poldi, es muy dormilón y con la fiesta que se pegó ayer, no creo que haya venido a hacerme visita.
Abrí, y me quedé más pálido de lo que ya era.
-¿Qué cojones haces tú aquí?-Le dije, estaba muy sorprendido, la cabeza empezó a dolerme.
-¿No te alegras de verme Bastian?-Dijo sonriendo triunfante.
Sí, era ella, la que me había dejado tirado como un perro, Ana Ivanovic.
-No, no me alegro de verte, quiero que te vayas de aquí, tú y yo no tenemos nada que hablar-Le dije asqueado.
-Madre mía, que bien te ha sentado tomar el sol, y volver a entrenar-Dijo posando una de sus manos en mi pecho.
Sentí que me temblaba hasta el alma.
Aparté la mano con brusquedad y la miré con rabia.
-Vete Ana, o llamo a seguridad-Le dije amenazante.
-Pero mira, si se ha puesto nervioso y todo-Empezó a reírse.
-Tal vez es porque yo si sentí algo por ti, y porque tengo algo aquí dentro-Me señalé el corazón.
De un empujón me metió dentro de la habitación, y sin dudarlo empezó a besarme.
-¡NO! ¡BASTA JODER!-La aparté con brusquedad-Vete de una puta vez Ana, no te quiero ver más, por favor, no me obligues a armar un escándalo-Dije reprimiendo la rabia que me corroía por dentro.
Se acercó a mí, e inspeccionó mi cuello.
-Vaya, ¿Quién ha sido?-Dijo poniéndose a centímetros de mí.
-A ti que más te da-Dije mirando a otro lado.
Hundió la cabeza en mi cuello, y posó sus labios en él, me hizo un chupetón, me estremecí.
Un nudo se formó en mi garganta.
-Vete por favor-Le dije con una voz temblorosa.
Se apartó de mí, y con sonrisa triunfante salió de mi cuarto.
Caí de rodillas al suelo, no asimilaba lo que acababa de pasar. Intenté tranquilizarme.
''No la quieres, no la quieres, no la quieres, no la quieres''
Me repetía eso para autoconvencerme, y para tranquilizarme, no la quería, la odiaba, lo nuestro había sido precioso y ella fue la única que decidió acabar con ello.
''Lo vuestro''
Rompí a llorar.
Llamé a la única persona que se me ocurrió en ese momento.
