Me pasé toda la mañana atendiendo llamadas, enviando emails, y discutiendo con la gente de la Ciutat Esportiva.
Con tanto fichaje me van a volver loca.
Estaba ansiosa por saber cómo le estaría yendo a Bastian. Después de estar pegada al portátil toda la mañana decidí descansar un poco la vista y mirar con más detenimiento el despacho.
Estuve viendo las fotos, los banderines, las camisetas, los títulos...todo digno de una leyenda del fútbol.
Muchos jugadores darían un brazo por tener todo esto en sus estanterías.
Miré a mi derecha y pude ver un tablón de corcho, en el había varias fotos pegadas, él con su familia, con amigos, con compañeros de profesión, viajes, entradas, y recuerdos más que todo.
Al ver todo eso se me ocurrió una idea.
Fui a la habitación y saqué la cámara instantánea y todas las fotos que había hecho en Bali. Volví al despacho y con una chincheta la puse en el tablón, en el marco de la foto puse: ''heaven''.
Después de eso me volví a sentar, cuando iba a seguir con mis asuntos escuché que un coche entraba.
Ya está aquí.
Sonreí.
Bajé a toda prisa, oí la puerta y un: ''Ya estoy en casa''. Cuando le miré a la cara vi que no traía buena cara. Se me cambió la cara por completo.
-¿Qué ha pasado?
Dejó la chaqueta en el perchero y las cosas en el suelo. No me contestó, se limitó a acercarse y a abrazarme. Rodeó con sus brazos mi cintura y hundió la cara en mi cuello.
-Cuéntame que ha pasado, cariño.
-Me han echado.
¿Qué?
Me lo llevé al salón y me lo contó todo. Las palabras de Mou, lo que había decidido y que lo había mandado de cabeza a entrenar con la reserva. No me lo podía creer.
Aunque teniendo en cuenta el show que armó en España y encima lo que le hizo a Iker Casillas, no me extraña que haya traído su mierda aquí. Qué asco de tío.
Después de que Bastian me lo contase le observé mejor, miraba al suelo sin ninguna expresión en la cara. Puse mi mano en su nuca y la acaricié. Estaba ya tan al límite del colapso que no le salía ni llorar.
Ahora lo que le espera es ir como un extraño a Old Trafford a entrenar con la reserva hasta que empiecen a llegarle ofertas de otros equipos. Ojalá el Barça fuese uno de esos equipos, aunque lo dudo mucho.
Me senté en su regazo y nos abrazamos en silencio. Me dolía mucho verle así. Se sentía completamente humillado.
-Mírame cielo-Le dije levantando su cara-Recuerda lo que te dije aquella noche, ¿Vale? Tú vales más que esos, no es casualidad que todos los fans del United estén llorando porque te quedes y ellos quieran echarte. Se están equivocando, y mucho. Prefieren tener en sus filas a dos sobrevalorados que a alguien que haga algo de verdad.
Asintió.
-Vas a volver, estoy segura. Confía en ti.
-Gracias Andrea-Dijo apoyando su frente en la mía
Le besé.
-Si no estuvieses aquí ya me hubiese cortado las venas. Te lo digo en serio.
-No digas eso anda. Vamos a comer, debes estar cansado y debes reponer fuerzas-Dije tocando su cara.