Los refregones de nutella estaban por nuestros cuerpos.
Nos besábamos con deseo mientras nuestras caderas se movían al mismo compás.
Con ella perdía completamente el sentido.
Paró de besarme y me empujó con fuerza haciendo que me quedase acostado en la cama. Se movía encima de mí a un ritmo perfecto. Recorría su torso con mis manos haciendo que de vez en cuando ella diese algún gemido. Nos mirábamos a los ojos mientras ella tenía las manos puestas en mi pecho.
-Oh...cielo-Puse mi mano en su cara y rocé sus labios con mi dedo pulgar, chupó el dedo.
Sentí que me endurecí más. En ese momento Andrea se inclinó hacia mí, puso los brazos a ambos lados de mi cabeza y siguió moviéndose, deslicé mis manos por su espalda y luego por su culo.
Finalmente, llegamos al éxtasis mientras nuestros cuerpos estaban pegados el uno al otro.
A la mañana siguiente me levanté y me preparé para ir a Old Trafford. Al despertarme vi que Andrea no estaba a mi lado. Al vestirme y bajar vi que me estaba haciendo el desayuno.
-Buenos días, cielo-Sonreí.
-Buenos días-Dijo rodeando mi cuello con sus brazos y dándome un beso.
-Te podrías haber quedado en la cama cielo, aún es muy temprano.
-Hoy vuelves a Old Trafford, y tienes que ir con fuerzas a entrenar, ¿Qué mejor que hacerte el desayuno?
La abracé, estaba preciosa esa mañana, una cola mal hecha, una camisa cualquiera, y ya está.
Me senté en la barra y ella me sirvió el desayuno además del suyo.
-Mientras que yo no esté, ¿Qué vas hacer?
-Trabajar, como tengo el portátil aquí pues tengo que hacer algunas gestiones, hablar con el club y demás-Dijo comiéndose la tostada.
-Perfecto. Ya sabes, esta es tu casa así que puedes hacer lo que quieras, no sé a qué hora volveré, supongo que a la hora de comer o un poco después.
-Pues te esperaré, sola no voy a comer-Se rió.
Después de desayunar y de hablar un rato nos despedimos. Nos dimos un profundo beso antes de que me fuese.
-Que tengas un buen día, precioso.
-Gracias cielo, tú también-Sonreí.
En el Audi me dirigí a Old Trafford, estaba como a uno 20 minutos de casa. Llovía en Manchester, y hacía algo de frío. Iba por la carretera pensando en todo al ritmo de 'Ocean Drive' de Duke Dumont.
No me creía lo que había pasado en estas semanas. Bali, Ibiza, Andrea...es de locos. Jamás pensé que estaría de este modo con ella.
Me siento bien y feliz cuando la tengo a mi lado. Mi humor ha mejorado bastante desde que volví a verla, espero que a nivel profesional las cosas mejoren también.
Después de un rato llegué a Old Trafford, no había absolutamente nadie, ni un fan.
Entré a paso rápido y alguna gente del staff que estaba allí me recibió con un gran abrazo. Me estuvieron preguntando varias cosas y estuvimos hablando durante un rato. Scott también vino a saludarme.
-¿Qué tal Bastian? Te veo bien, ¿Listo para ir a hablar con Mourinho?
-Bien Scott, gracias, ¿Tú estás bien? Sí, estoy listo.
-Estoy bien, gracias. Te veo luego entonces, a darle duro al entreno, nos alegra que estés aquí.
-Gracias chicos, a mí también me alegra estar aquí.