Después de mi casi enfrentamiento con Bastian en Múnich me di cuenta de que la guerra se había desatado. Andrea tenía que ser mía y no iba a permitir que un imbécil como él le partiese el corazón.
Los días siguientes miraba las noticias del corazón asqueado, ya que salían fotos de ellos por Barcelona, y seguidamente una escapada que hicieron a Bali.
Por las noches no podía ni dormir pensando en que ese cabrón la podría estar tocando. Le va a hacer daño, estoy seguro, y si no se lo hace, ya me encargaré yo de que se lo haga.
Correrá de inmediato a mis brazos.
Andrea, elegiste mal mi cielo, la guinda del pastel soy yo.
A veces me pajeo pensando en lo del túnel de vestuarios.
Tendría que haber acabado con ella allí mismo, o no haberle abierto la puerta al imbécil de Bastian esa noche en Evian. Llego a tocar a Andrea y viene de rodillas a Múnich a pedirme que le dé más.
Joder, le daría hasta que me suplicara que parase.
Pronto Manu, pronto. Tiempo al tiempo.
Después de escuchar que esos dos se fueron a Bali contacté con la persona que seguramente podría hacer más daño en su ridícula relación.
Direct
⬅ Anaivanovic
Hola Ana, soy Manu, ¿Podemos hablar un momento?
Hola Neuer, dime ¿Qué pasa?
Seré breve, acaba con la relación de Andrea y Bastian. No quiero que esté con él, y tú no quieres que él esté con ella, ¿Verdad? Para algo fuiste a Evian a armarle follón.
Pues la verdad es que no me hace gracia que estén juntos, te ayudaré, esa niñata no tiene idea de nada. Además, fui a Evian porque quería tirármelo, así de claro, tú no sabes la herramienta que tiene ese hombre 🙄
Tampoco me interesa saberlo.
¿Qué te ha pasado Manu? Tú eres bueno.
A veces saco mi lado malo, de buenas soy un amor, de malo soy el peor de todos. Por último, ¿Quieres algo a cambio?
Manuel Neuer pidiéndome algo a cambio...uh, eso puede ser peligroso.
Habla de una vez, no estoy de humor.
Conocer cómo es la herramienta del mejor portero del mundo.
¿Quieres una foto?
No, quiero verla en persona
Ah, ya veo por dónde vas...perfecto entonces.
(...)
Después de acordar nuestro encuentro vino a Múnich un fin de semana para verse conmigo.
Como hacían días de mierda no había casi gente en la calle.
Nos fuimos al salón, lo que empezó como la formalización del plan terminó en nosotros bebiéndonos todo el alcohol que había en mi casa y fumándonos todos los puros que tenía también. Mientras nos colocábamos contábamos nuestras penas. Ella me contó lo frustrada que estaba por no ganar nada, y que su carrera cada vez iba a peor.
-Eso son rachas, todos los deportistas las tenemos-Dije expulsando el humo de mi boca.
Se levantó y se sentó en mi regazo. Con el pelotazo que llevaba encima ya me daba igual todo.
-¿Y tú? Ah sí...ya sé, a ti lo que te atormenta es Andrea, ay Andrea, que sensación ha creado esa chica, si es una don nadie.
-A los futbolistas nos gustan las chicas normales, estar con famosas sólo trae problemas, además nos quieren quitar hasta el último centavo-Dije poniendo mis brazos en el respaldar del sofá mientras sujetaba el puro con mis dedos.
-Yo no pienso así.
-Pues es lo que hiciste tú con Bastian.
Sonrió con malicia, cogió el puro y fumó lo poco que había de él. Después de dejar la colilla en el cenicero se sentó a horcajadas encima de mí, y empezó a desabrocharme los botones de la camisa.
En un abrir y cerrar de ojos, estábamos sin ropa de los dos. Ella estaba arrodillada entre mis piernas, y básicamente me la estaba comiendo entera.
Eché la cabeza hacia atrás y gemí. El alcohol lo llevaba en la sangre y no hacía nada más que pensar en Andrea mientras sentía los labios de Ana sobre mi miembro.
Joder.
Recordar el momento en el que me comía todos los morros en el túnel de vestuarios mientras yo le agarraba todo el culo, hizo que me endureciese más. De repente imaginé que era ella la que estaba ahí arrodillada chupándomela.
Dios.
Sonreí echando la cabeza hacia atrás.
-Dios...Andrea, cielo, sigue así.
-Te gustaría que fuese Andrea eh-Escuché la voz de Ana que me alejó de mis pensamientos.
-Ojalá, dios.
-Con mi plan la tendrás todos los días aquí, querido.
Después de hacerme padecer con sus labios, nos acostamos, repetidas veces.
Eso podría haber pasado entre Andrea y yo esa noche en Evian, pero por culpa del cojo no pudimos acabar lo que empezamos.
Todavía me sigue pesando haberle abierto la puta puerta.
Después de hablar del plan de manera muy breve, se marchó, y me quedé solo otra vez.
Así es como solía estar siempre.
Aunque dentro de poco eso cambiará.