Después de aquella noche me seguí viendo con Mats. Sabía que a Erik le molestaba que solo prefiriese a uno.
¿Por qué los hombres se vuelven tan posesivos cuando te acuestas con ellos?
Los días siguientes a la noche del trío seguí viéndome con Mats todas y cada una de las noches.
Y de los días también.
Nos habíamos hecho completamente adictos el uno al otro.
Las noches se resumían en piel sobre piel, labios sobre labios, y mis dedos entrelazados en su pelo oscuro. La sintonía de esas noches eran nuestros gemidos.
Pero no todo era sexo. Mientras que los días iban avanzando y nos íbamos conociendo más, íbamos haciendo otras cosas.
Pelis en su casa, chapuzones nocturnos en la playa o en la piscina, y cenas en algún restaurante perdido de la preciosa Ibiza.
La noche en el Ushuaïa fue mágica, él y yo bailábamos al ritmo de la música.
FLASHBACK
Mientras sonaba 'Are you with me' de Lost Frequencies de fondo, me miró a los ojos.
-Estás preciosa hoy Cris-Sonrió.
-Gracias-Sonreí poniéndome roja.
-Quiero que tu yo nos quedemos más tiempo en Ibiza, aunque tu gente se vaya. Me gustaría pasar más tiempo contigo, y pues no sé...-Bebió de su copa.
-¿No sabes qué?-Le toqué la cara.
-No es nada, tranquila-Beso mi mano.
-Me encantaría quedarme contigo, Mats-Sonreí.
-Quien diría que antes os llevabais como perros y gatos, ¿Eh?-Dijo de repente Andrea mientras bailaba con Neuer.
Nos reímos.
FIN DEL FLASHBACK
Después de la barbacoa volvimos a casa de Mats, y como era obvio necesitábamos una dosis del otro.
A media noche me desperté a causa de unas voces en la calle. Me levanté y miré por la ventana.
Eran Erik y Mats, estaban discutiendo.
-Se supone que estábamos en esto juntos, y tú te la has quedado sólo para ti-Dijo Erik enfadado.
-Aquí no estábamos juntos en nada, sólo fue esa noche de calentón, no te confundas yogurin. Además yo empecé a hablar con ella porque quería, ella obviamente no iba a ir detrás de ti ni de mí como si fuese un puto perrito faldero.
-Eres un puto egoísta Hummels, siempre haces lo mismo-Negó con desaprobación.
-¿Qué yo hago lo mismo de qué puto crío? ¿Qué cojones estás diciendo?-Le gritó.
-A mí no me llames puto crío, eh-Se le acercó.
-Yo no tengo la culpa de que se haya fijado en mí, y que le parezca mejor que tú, aunque bueno, eso es la realidad-Sonrió arrogante.
-Atreve a repetir lo que has dicho, cabrón-Apretó la mandíbula.
-La noche del trío no paraba de mirarme y de suplicarme que estuviese con ella, le importabas tres mierdas-Se rio arrogante.
Erik no se pudo contener y se abalanzó sobre él. Mientras bajaba para separarlos escuchaba insultos y golpes.
-¡Mats, Erik! ¡Basta ya joder que vais a despertar a la gente!-Me puse en medio de ellos separándolos.
-Eres un jodido Judas, encima te vas con los asquerosos del Bayern, das asco-Se limpió la sangre del labio.
Mats hizo el amague de volver a tirarse hacia él pero yo le paré los pies y le empujé.
-¡MATS BASTA YA JODER! ¡BASTA!-Le grité-Vete dentro, y no es una puta sugerencia.
-Pero...
-¡QUE TE VAYAS DENTRO TE HE DICHO JODER!
Miré detrás de mí para hablar con Erik, pero ya se había ido.
Entré dentro y vi a Mats en el salón, iba de un lado a otro, tenía el labio inferior con sangre y la ceja también.
Después de tranquilizarle le senté en el sofá y yo me senté a horcajadas encima de él. Empecé a curarle con cuidado.
-Aggg, escuece-Frunció el ceño
-Shhh, lo sé-Me reí
Terminé de curarle y hablamos sobre lo que había pasado. No le iba a dar más vueltas.
Nada me obligaba a estar con Erik, si yo quería conocer a Mats era mi problema.
Subimos a la habitación y decidí darle un masaje para que relajara los nervios y durmiera mejor.
-Cris-Dijo Mats.
-Dime-Le dije mientras masajeaba.
-Bajemos a la piscina-Se giró.
Eso hicimos, bajamos y nos metimos. Me agarró de las piernas y nos quedamos abrazados.
-Hace tiempo que quería decirte algo Cristina-Se me quedó mirando serio.
-Dime-Puse mis manos en sus hombros.
-Desde el día que jugamos al billar me gustas, mucho-Se me quedó mirando fijamente.
Me quedé paralizada y recordé el día del billar, me había parecido el hombre más arrogante de la tierra. No lo soportaba y quería pegarle un puñetazo.
Y míranos ahora, abrazados en la piscina de su casa en Ibiza.
-Me gustas Cris, y quiero salir contigo-Me tocó la cara.
-Mats... ¿Va en enserio?
-Por supuesto que sí-Sonrió.
-Pues...sí, acepto-Sonreí.
A mí también me gustaba, y me sentí muy aliviada al oír sus palabras.
Después de mirarnos a los ojos durante un buen rato, nos unimos en un beso, y después, nos fundimos en uno ahí mismo.
El cielo de Ibiza fue el único testigo.