25 de Octubre de 2015 - Old Trafford, Mánchester, Inglaterra
Hoy jugábamos contra el Arsenal en casa y Ana me prometió que iba a venir a verme.
Para la primera vez que lo hace...
Igualmente me hacía ilusión, mi chica en las gradas y yo dándolo todo con mi nuevo equipo, la noche pintaba bien.
Salimos al campo bajo los aplausos y los gritos de nuestros aficionados. Saludamos a los rivales y nos pusimos en nuestras posiciones, miré al palco de honor y ahí estaba Ana, miraba el móvil y tenía cara de estar algo aburrida.
Suspiré y miré al frente.
El partido comenzó y nosotros nos comíamos en juego al Arsenal. Nuestras contras eran efectivas y cada vez más nos íbamos acercando al área pequeña. Con un pase en largo de Blind me adelanté por el centro del campo incorporándome al ataque, luego se la pasé a Mata, y este me la pasó a mi, regateé esquivando a uno de los defensores y chuté.
Gol por toda la escuadra.
Corrí a la banda mientras mis compañeros me abrazaban y los aficionados enloquecían de fondo. Miré a Ana, aplaudía sin más, luego volvió a mirar el móvil.
¿Pero...?
El juego continuó y el Arsenal causó algo de peligro pero De Gea supo defendernos bien. Nosotros realizamos una contra y uno de los defensores tiró a Ander al suelo, yo corrí al árbitro a decirle que era tarjeta clara, y este me contestó poniéndome una tarjeta amarilla. Pillé el rebote de mi vida. El árbitro me ordenó que me pusiera en mi posición. No pude contener mi rabia.
-¡QUÉ TE JODAN TÍO! ¡QUÉ TE JODAN!
No me puso roja porque dios no quiso.
Tiramos la falta y yo corrí a por el balón, chuté con todas mis fuerzas pero el balón fue fuera.
-MIERDA, JODER.
-Tranquilo tío-Me dijo Martial dándome palmadas en el hombro.
Al acabar el partido corrí al túnel de vestuarios para encontrarme con Ana, corrí a abrazarla pero me apartó.
-¿Qué pasa?
-Estás sudado.
-Eh...acabo de jugar un partido.
Le di un beso y me lo dio de la forma más simple que se puede dar un beso. La miré y ni siquiera me estaba mirando. Esperaba a que me dijese algo del partido o del gol pero no me dijo nada.
-Ana, ¿Te pasa algo?
-No me gusta el fútbol, ya lo sabes.
-¿Pero por eso tienes que estar así conmigo?
-Ay Bastian, no empieces.
Llegamos a mi casa, estaba bastante cansado, me ordenó que fuesemos a cenar a algún lado, y yo como un imbécil acepté.
La cena fue Bastante incómoda ya que Ana estaba muy distante y yo le hablaba de cualquier cosa pero me pegaba unos cortes considerables. La agarré de la mano, se soltó rápidamente.
-No hagas eso.
-Ana...somos pareja.
-Pero ya sabes como es la prensa, son muy metomentodo.
3 de Diciembre de 2013 - Barcelona, España.
-¡¿ME HAS ENTENDIDO?!
-Sí...
Estaba en el suelo con la cabeza amagada mientras Alex me gritaba por haberme quedado hasta tan tarde en el trabajo.
-¿Eso es lo que quieres verdad?-Me agarró del pelo haciendo que lo mirase-Tú quieres un futbolista, como el imbécil de tu padre lo fue tú te crees que tienes que estar con uno, ¿No?
-No...
Me dió un bofetón, lloré. Tenía la cara con cardenales por todos lados, al igual que los brazos y las piernas. Con fuerza me lanzó al suelo y se puso encima de mi.
-Ahora vas a ver a quién perteneces.
Empezó a rasgarme la ropa con fuerza mientras yo intentaba zafarme. Fue imposible.
A la mañana siguiente me desperté con esos dolores tan familiares por todo el cuerpo. Alex no estaba. Al levantarne caí al suelo ya que las piernas me flojeaban y un dolor bastante incómodo emanó de lo más íntimo de mí.
Me miré, tenía sangre. Rompí a llorar.
En ese momento oí la puerta. Todo mi cuerpo se paralizó y me levanté como pude. Me metí en el baño y abrí el grifo de la ducha, me metí y al instante él estaba detrás de mi. Posó sus manos en mis caderas.
-Buenos días, preciosa-Me empezó a besar el hombro.
Luego me apoyó en la pared.
-Alex...me...duele todo el cuerpo.
Sonrió y luego puso su mano en mi cuello. Apretó.
-¿Ah si?
No dije nada.
Nota de la autora: ¿Os gustan los capitulos especiales? ¿Os parece que haga más?