Capítulo 59.

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_____ Seymour.

  Habíamos estado juntos de nuevo. Había tenido el placer de deslizar mis manos por distintas partes de su cuerpo. Acariciaba su pálida piel llamativa, incluído el sexy arete en su pecho. Él me sonrió con diversión y picardía. Acaricié su abdomen hasta su pecho, y lo había visto gozando por mi culpa. Recibía uno de sus rudos besos mientras lo acariciaba y después me atreví a intentar satisfacerlo. Comencé a darle placer... Axl cerraba los ojos, tomaba aire y veía la vena de su cuello tan gruesa cuando echaba su cabeza para atrás por el placer. Cuando su mano tomó mi cabello mientras lo probaba, la vista de su sexy antebrazo se mantuvo junto a mí. Las hinchadas venas esparciendose debajo de su piel, el gran tatuaje de su brazo y los vellos dorados al frente haciéndome adorar la vista. No solo yo lo había disfrutado, él también, así que algo había hecho bastante bien.

  Ahí estaba yo, terriblemente agotada. Mis piernas aún temblorosas y cuando Axl lo notó, me tocó tan bien que por poco grito. Había necesitado respirar y peor había sido descubrir que no podría echarme a dormir en paz después de aquel show. O que no había obtenido una ducha de verdad, sino que había saltado a un caldo gigante de pecesitos después de eso.

-Ahí va otro. -dijo Meegan, después de golpear el brazo de Adriana fuertemente. Un mosquito se alimentaba de la sonrosada piel de Adriana y, como ella estaba ebria, apenas lo notaba.

  No compartía el problema con ellas desde que me puse repelente y también desde que Axl me pasó una de sus jerseys para que me cubriera del nuevo viento que nos golpeba tras la llegada de la noche. Era una jersey negra, un poco corta con el número 22 en color blanco. Iba a sentirme como Mick Jagger con ella puesta y la idea me encantaba, pero apenas me la puse su olor varonil llegó con fuerza a mí. No me sentía como Mick, me sentía como Axl, el olor era tan limpio y atractivo, el olor de su perfume y desodorante.

  Las chicas y yo aguardabamos detrás de la fogata. Adriana, Meegan y yo sobre una cómoda hamaca. Delante de nosotras, abajo en un amplio cobertor, Mandy recostada en el regazo de Duff. Él tenía los brazos en su cabeza como almohada y a pesar de ser de noche, traía sus gafas negras puestas para cubrirse del brillante fuego de la fogata.

  Adriana se encontraba ebria, y diría que como nunca cuando en realidad, era como siempre. No dejaba de beber ni de divertirse. Nos hacía reír todo el tiempo a Meegan y a mí e incluso hizo reír a Duff algunas veces cuando él simplemente no estaba conversando con Mandy y escuchaba cualquier cosa que Adriana hubiese dicho.

  Axl, Izzy, Steven y Slash bebían cerca de esa dura mesa de pavimento. Habían tantas latas de cerveza abiertas encima que te hacían comprender el por qué habían risas y carcajadas cada par de minutos.

—Apuesta lo que quieras idiota; tú no le ganarías una pelea a golpes a Axl. El psicópata te arrancaría la cabeza. —Slash liberó el humo de su cigarrillo. Él parecía ser el más ebrio de todos ellos, pero en realidad, lo había sido desde que llegamos.

—Él y yo ya tuvimos una pelea, imbécil. Y aquí tengo mi cabeza. Aposté quinientos, págame. —respondió Steven y le puso la mano enfrente. Slash le dio una palmada únicamente.

— ¿Tuvieron una pelea? —preguntó Meegan, incrédula. Me parecía tan increíble como a ella. Mis ojos fueron hasta a Axl y bastó verlo para saber que sí sucedió, pues tenía vergüenza.

—Oh, claro que tuvimos una pelea. —contestó Steven. A él por otro lado, le entusiasmaba la respuesta.

—Joder, sí les vas a contar por qué, al menos cuenta la maldita historia completa. —murmuró Axl, y como aquello sonó tranquilo y gracioso, descarté que hubiera sido algo serio, como por ejemplo, lo que pasó entre Adriana y Axl.

A rapist stepfather. |#1| Axl Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora