Capítulo 6.

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Axl Rose.

  Acostado, atrapado contra las sabanas de la cama, una hora inconsciente y otra hora pensando pero sin poder despertar. Girando y cambiando del lado de la cama a cada rato, sudando y sintiendo la piel hervir, logré abrir mis ojos y mirar el reloj a mí costado. Eran casi las cinco y media de la mañana, otra vez, pero juraría que ví el reloj apuntar con sus manecillas aquella hora, hace tres o cuatro horas. Cerré los ojos a las tres y aquí estaba otra vez a primera hora, sintiendo que apenas y logré juntar los ojos por unos minutos hasta sentir que no quería cerrarlos nunca más o me moriría.

  Lavando mi rostro una y otra vez contra el lavamanos del baño de mi habitación, escuché el cielo relampaguear y fui testigo desde las ventanas de mi recamara sobre la tormenta que había ahí afuera. Esa fue una de las primeras veces que en toda mi vida que sentí algo similar al vértigo, puesto que no quise acercarme a los muros de cristal; iba tambaleando y sin fuerza, casi inconsciente aún, en cualquier momento podría caerme.

  Con toda la estupidez del mundo, tengo que admitir, fui hasta mi cama de vuelta y tomé la botella de bourbon del suelo. Un par de tragos y me sentiría muchísimo más tranquilo que antes, y lo conseguí. Al menos ya podía ver con claridad todo; estaba solo en mi recamara. Solo en mi maldita recamara. Tomé mi teléfono y llamé a Izzy dos veces.

— ¿Qué estuve haciendo ayer, Izzy? —le pregunté, ansioso.

—Con tu novia o lo que quiera que sea qué sea ella. —contestó, entre despertando. —Creo que tuviste sexo pero no fuiste claro acerca de quién fue la "afortunada". También, mencionaste que llevarías compañía a casa.

—Gracias, Iz. Sigue durmiendo. —y le colgué, porque sí lo dejaba contestar me convencería de que sería mejor estar bajo cuidado y él sería el primero en apuntarse para hacerlo.

  Se había vuelto rutinario. Perdía la consciencia y luego descubría que Izzy había estado al tanto de mi día puesto que al parecer, llamaba por teléfono con él muchísimo más frecuente de lo que siquiera pensé y así es como mantenía mi vida en orden, intentando recolectar los fragmentos extraviados de mi día a día.

  Apreté la botella de Bourbon, le di un fuerte trago que quemó mi estómago y traté de salir de mi recamara, no sin antes conseguir algo de ropa.

  Sé que nunca fue una buena idea el alcohol como desayuno, pero qué me detenía para no tener que hacerlo... ya había conseguido evadir a Izzy.

  Estuve con Stephanie, entonces. Desde luego, ahora recordaba. No fue la semana anterior, había sido apenas anoche. Estuve con su hija. Su hija.

  Quise parar los recuerdos porque pensé que no me gustaba recordarla cómo la recordaba. Creo que definitivamente la cagué anoche.

  Recordaba cómo sus pechos llenaban muy bien mis manos, como mi miembro podía hacerla gemir, cómo le di su orgasmo y luego otro tras de ese. También, recordaba sus manos sujetando mi cabeza para que la besara. Recordaba su cuerpo arqueándose contra el mío gimiendo y suspirando de placer, incluso recordaba el primer beso en el restaurante; me había acercado a ella, le pedí besarme, accedió de inmediato y choqué mi cuerpo contra el suyo con fuerza para sentirla tan cerca como me fuera posible mientras mis dedos se pasaban por su cabello. Ella había cerrado los ojos para mí y sus labios los había abierto. Pero por último, la recordaba llorando. Me pidió que me largara.

  Me llevé una mano al rostro y descanse contra ella. Los sonidos de placer que emitía, su cuerpo, sus labios, su maldito rostro... sentía que necesitaba ir a su habitación para ver cómo había amanecido, sí es que había amanecido, sí es que ocurrió o ella ni siquiera estuvo aquí anoche.

A rapist stepfather. |#1| Axl Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora