Capítulo 13.

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_____ Seymour.

-Axl. -llamé a su nombre. Alzó la mirada de su plato de comida a mis ojos. Antes que decirme algo, él esperó a que yo dijera lo que tuviera por decir. -Espero que no me odies por esto que voy a preguntar, pero... ¿Por qué Erín y tú terminaron? Creí que eran la gran pareja del momento. En esa canción suenas dulcemente enamorado y supe que tendrían un hijo. Después leí que había sido falso y que se habían separado con todos esos rumores acerca de que se habían maltratado, ¿Fueron verdad?-pregunté y comencé a creer que no debería de meterme tanto en su vida. ¿Quién era yo para preguntarle todo eso? Tocar el pasado siempre dolía. Querer saberlo todo no valía que a él le doliera. -Espera no, no, no me digas nada que no quieras decir. Perdóname.

-No te odiaría, ni siquiera por el repentino interés que tienes por mi pasado. -echó una risita nerviosa, y luego suspiró. - ¿Sabes, _____? Hubo un tiempo y todavía estoy en él, en el que no me interesa tener que convencer a malditamente nadie de quién soy, o quién no. Yo limpié la sangre de las manos de ella y no volveré a ensuciarla solo porque yo todavía me encuentro sangrando. Cometimos errores. Nos tratabamos para la mierda. Nunca le dije a nadie todo esto realmente, nuestros conocidos se hacían apenas una idea. Hubo un tiempo en su momento que pensé que no saldría con vida después de esa relación y apuesto como el infierno que ella también sintió lo mismo. Estábamos consumidos por el amor y la rabia. Malditamente condenados. Fuimos tan egoístas... no parecía haber nada que nos hiciera realmente separarnos y mantenernos distanciados. Siempre, uno de los dos volvía corriendo al otro. Hasta que un día no lo hicimos... Llegamos a nuestro límite y nos hicimos daño mutuamente. -se terminó la copa de vino y se llenó otra. Me ofreció de la botella y pensé que dijo que no me daría más. Él se dió cuenta y puso una expresión graciosa. -Perdoname, joder. Juro por la vida misma que olvido tu edad.

-Está bien, a menudo lo hacen. -confesé, un poco divertida porque no era mentira. Me relacionaba con muchos adultos. Pocos recordaban mi edad real. - ¿Estás bien con todo eso?

-Desde luego. Salimos ilesos de eso. Era todo por lo que rezaba. -contestó. Me costaba creerlo.

- ¿Tan malo era? -pregunté, todavía con dudas. Axl dejó el cubierto y me miró, un poco inquieto.

- ¿Quieres detalles, no?

-No puedo evitarlo, puede que formes parte de mi vida mucho tiempo. Necesito saber. -me estudió por unos segundos hasta que asintió.

-Tienes toda la razón, estás en todo tu derecho. -dio un trago de vino y me miró finalmente. -Erín y yo estábamos juntos. Llevábamos un buen tiempo, quizá no el suficiente, pero era más del que había compartido con cualquier otra mujer. Nos casamos por el civil, por mí culpa claramente. Quiero que sepas, _____, yo soy una pésima persona. -aquelló acababa de sonar como una llamada de auxilio, estaba tan presente el miedo en su voz pero no me apresuré a decir nada, parecía dispuesto a decir tanto. -Solo tenía que tomar la estúpida medicación... Una puñetera docena de píldoras al día y aparentemente iba a estar bien. ¿Sabes que hice con todas mis pastillas? Las arrojé por el jodido excusado porque aborrecía sentirme como un maldito zombie todo el día. Ni siquiera podía dormir. Pero estar sedado me controlaba, o eso aparentemente. Tirar todas esas pastillas fue lo mejor y peor que me ha pasado...

- ¿Por qué tenías que tomar tantas pastillas? -pregunté. Era una duda genuina.

-Bipolaridad. A tu edad, también me diagnosticaron con un raro trastorno psicótico que me mantenía violento, inestable y asustado, pero no tenía billetes para el tratamiento. Es bastante obvio que no crecí en LA. Abandoné Laffayete ese año y vine hasta acá para formar otra nueva banda. Esa fue mi cura temporal, el hecho de tener que madurar. Pero luego conocí a Erín y yo, maldita sea, seguía siendo yo. Necesitaba una nueva opinión médica. Me hicieron llenar unos malditos cuestionarios con cientos de preguntas y me calificaron cómo maníaco depresivo por decir la verdad. Ahí tienes el por qué de tantas píldoras. -bien, yo sabía que Axl padecía de problemas mentales pero no me imaginé ni por asomo que el problema fuese tan grande como para haber visto más de un par de profesionales en distintos años de su vida. -Las cosas pudieron ser tan distintas pero preferí enviar todo al carajo. Erin y yo peleábamos todos los días y se casó conmigo por mi culpa. Creí que sería la solución a todos nuestros problemas, ahora sé que no es posible que un matrimonio tan joven pueda conseguir tener éxito. Luego, lo siguiente... Erin quedó embarazada. Se suponía que todo debería de mejorar, ya teníamos alguien a quien cuidar. Pero nada mejoró. De hecho, empeoró. -Axl agitó su nueva copa vacía. Tenía la mirada perdida, hasta que me miró y habló con determinación. -No la recuerdo en mi vida consumiendo drogas, _____. Erín Everly era la clase de mujer capaz de abofetearte el rostro sí descubre que consumiste droga, cuando claramente te hizo prometerle que no lo harías. Sí ella hubiese tenido una adicción a las drogas antes y llegase ese embarazo, yo la hubiera compadecido. Habría entendido. Yo dejé las drogas después de la primera gira importante de Guns N' Roses. Petición del anfitrión de la gira. Fue tan fácil para mí hacerlo, aún sí no puedo mentir cuando digo que gracias a ello, me mantuve vivo. Me sacaron de mi peor momento. Así de fácil fue soltarlas y aunque existiera alguna clase de tentación, desapareció con ese embarazo. Erín en cambio, por alguna razón un día decidió consumir. Las versiones oficiales de lo que sucedió son tan desconocidas. Consumió una bala de speedball que un imbécil que aún llamo amigo le entregó. Él es un adicto calificado... Debió saber que podría matarla con esa dosis, pero este amigo estaba seguro de haberle advertido sobre la dosis correcta. Por otro lado, pensé que ella había querido quitarse la vida. Aunque no podía juzgarla, aquelló se sintió como uno de los peores momentos en toda mi vida cuando la ví hospitalizada, aún inconsiente. Tuvo un aborto espontáneo. No sé sí esté bien confesar que fue más bueno que malo, ya que sí lograba sobrevivir a la bala que su propia madre le disparó, íbamos a traer a un niño enfermo con unos padres autodestructivos, pero por supuesto... en aquel momento no pensé que saberlo muerto me fuese a destruir hasta el alma. Nadie cree cuán enserio puede doler. Parecía imposible entenderlo, pero está bastante claro. Erín me dijo que sería padre y fue inverosímil saber que, de un segundo a otro, mi vida había cambiado para siempre. El golpe fue tan directo y claro. Tendría un hijo con la mujer que amaba y ella también quería a ese bebé con su propia vida. Sí ella se hubiese arrepentido de todo, cuando menos habría sido menos difícil verla entre la vida y la muerte conectada a la cama de un hospital. Cuando el infierno se acabó, estábamos destrozados. Acabados. No creo que ni la misma Erin haya sido capaz de perdonarse por perder a ese hijo, me lo repetía y además, ella soñaba con convertirse en madre más que nadie que hubiera conocido. Nos encontrabamos más distanciados que nunca, y luego llegaron los miserables días. -Axl se frotó el entrecejo. Después de frotarse el rostro, me miró con repentino cansancio. -Los días miserables llegaban de manera abrupta cada cierto tiempo. Habrían podido ser días menos difíciles, si no hubiese renunciado a esa mierda de tratamiento mental. Me culparé cada día porque probablemente me encontraba más irritable de lo usual por la abstinencia de las pildoras o eso dijo aquél doctor... Y mierda, no tiene ningún sentido explicarte qué clase de doctor. -murmuró. Otra vez se recomponía del tema. -Un día, peleábamos como siempre. Nos gritábamos como siempre. Estaba tan cansado, _____. Llevaba días enteros sin poder dormir y nunca en mi vida había estado tan seguro de algo. Estaba de pie en medio de la noche, tan seguro de que ella se había ido. Sabía que volvería, cómo siempre hacía, pero juro por Dios que la deseaba tan lejos de mí como me fuera posible, tan lejos como ella me deseaba a mí también. Nunca sabré qué demonios le hizo volver, pero entramos a nuestra peor pelea. Hubieron algunos golpes, hubieron gritos y nos hicimos daño... ella me quitó el arma con la que pensaba terminar con mi vida. Esa fue la última gran pelea que nos hizo jurar permanecer lejos el uno del otro. La gran noticia de los días miserables es que no son para siempre. No podrías ni creer como es que de pronto se larga tan lejos la tormenta y todo vuelve a ser malditamente normal. Acababa de perder a mi esposa. Perdimos a nuestro hijo. Y yo solo no podía con el subidon de adrenalina de saberme lejos de esa maldita relación por fin. Quiero que sepas que la amaba demasiado, tanto que me lastimaba, y me separé precisamente por eso. Nos hacíamos daño. Ella se deshizo de la vida que crecía dentro de ella y aquella vida tampoco pudo morir. No hubiera logrado convencerla de tener un hijo que no quería pero un aborto terapéutico hubiera sido más sano para todos. Aún tengo pesadillas con ella conectada a esa cama, muriendo en esa maldita habitación mientras un aborto espontáneo sucede y los médicos, simplemente se deshacen de él desechandolo a la basura. Según las leyes, necesitaba tener 150 días para poder ser enterrado de lo contrario es solo eso, basura; y créeme que intenté algunas cosas. Necesitábamos el luto. Pero fue negado. -afirmó. Sus ojos claros estaban algo cristalinos. Solo un poco. Él mismo se recordaba calmarse y lo conseguía de un momento a otro. -Es probable que como la mayoría pienses cómo un simple hombre puede sentir que perdió tanto por un embarazo interrumpido. Yo lo sentí. En verdad dolió. No puedo hacer más al respecto. -se encogió en sus hombros. No sabía de nada qué pudiera decirle para suavizar lo que me estaba contando... Me dolía oír todo lo que me decía pese a no conocerla a ella. Simplemente, una relación autodestructiva siempre iba a dejar víctimas por doquier.

A rapist stepfather. |#1| Axl Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora