Capítulo 66.

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Axl Rose.

— ¿Eso es todo? ¿Te vas? —pregunté, extendiendo ambas manos. Ella se detuvo e intenté sostenerla. —Dios, no, no nos hagas esto, no termines con nosotros. —me hizo soltarla.

— ¿Qué tanto va a terminar? Solo fueron cuatro meses y casi puedo decir que me arrepiento, así que no hemos perdido mucho. —mentía, no podía ser el único que sentía este maldito dolor.

—Sabes que no todo comenzó en aquella fecha. Comenzó antes, muchísimo antes.

— ¿Hace cuánto tiempo según tú? —me acerqué y esta vez no se alejó, permaneció ahí. Nivelé nuestras miradas y sujeté su rostro.

—En el mismo instante en que supe quién eras tú. Tú un día decidiste perdonarme y no te atrevas a decir que era fanatismo porque tú también sentías lo mismo que yo. La noche en que te pedí perdón deseaba con anhelo poder mirar tus ojos, te fuiste de fiesta con tu novio, te esperé, y cuándo vi al taxista poniendo seguro a las puertas todo lo que podía pensar era en que quería matarlo con mis propias manos, verlo sangrar y así protegerte. De ahí todo iba en eso, de querer protegerte. Cuando los dos supimos que si te quedabas conmigo, nunca nada malo iba a volver a pasarte. Ahora dime, ¿Solo cuatro meses? Una etiqueta no cambia todas esas noches en que nos escuchamos hablar, todas las veces en que esperaste que pudiera besarte y que eso estuviera bien, todas las noches en que te oí llorar, cuando me viste llorar, todas las sonrisas que me hiciste dar... no cambia nada.

—Lo sé. —respondió con dolor. Me dejó sujetar su rostro y ella aún lloraba desconsolada. —Todo eso, lo sé. Por eso no entiendo cómo pudiste embarazar a otra mujer, cuando ambos nos queríamos.  —su voz sonaba infinitamente rota y algo dentro de mí también se rompió.

—Por favor _____, cometí un error. No me crucifiques por él, no cambies la visión que tienes sobre nosotros por un error que si pudiera cambiar, lo haría. —murmuré, molesto esta vez.

—Es todo, Axl. ¡Es lo que pasó! El bebé que ella espera es solo un recordatorio de lo que en verdad pasó. Estuviste con ella, Dios sabe cuántas veces desde que nos queremos, y aún sino fuera así, ¿Qué planeas que yo haga? Dime por favor. No creo que podamos ser felices, no creo que se me vaya a poder olvidar, no creo que vaya a poder fingir y cuan insoportable seré queriéndote encontrar en todo lo que haces como si acaso quisiera saber algo más de lo que sucede con ella... en realidad cuanto menos sepa, mejor, pero no lo voy a aceptar. —dijo, entre sollozos. Como desearía poder contradecirla y yo mismo poder creérmelo. Lamentablemente en mi torpeza y mis descuidos por intentar hacer las cosas bien, yo ya le había dado mucho de qué hablar o pensar. —Yo ya no me quería sentir así, Axl. Odié que me hicieras sentir así y ni siquiera estuvo mal, pero sé que si me quedo será peor. No puedo hacerme esto por ti Axl... no puedo quedarme para que tú estés en paz si eso significa que me arruine la existencia. No importa sino me engañaste, yo de cualquier forma no quiero verte con otra mujer. Perdóname si así de egoísta sueno pero es la verdad. —cada que una lágrima solitaria caía de su rostro su voz se quebraba, tomaba aire y seguía hablando. Negó con la cabeza y se limpió las lágrimas. —Aún si tuviera la madurez para que no me importe, déjame decirte que igual es un horrible plan de mierda.

—No tiene por qué ser así.

— ¿Entonces cómo? —esa era la cuestión, no sabía. Apreté los labios con furia ante la impotencia de quedarme sin palabras y ella por su parte, una vez más limpió sus preciosos ojos cafés. —Me enfermas Axl. —alcé la mirada hacía ella. —Odio cuándo pienso que vas a estar con más mujeres, créeme, lo odio. A veces hasta me molesta ver tu tatuaje en tu brazo y ver el rostro de Barbie, odio ver cómo ni siquiera puedes hablar de Erin sin que te tiemble la voz o que cada vez que suena Sweet child o' mine, cambias despistadamente de canal o de estación pero que siempre que estás solo, cantas esa canción una y otra vez, y una y otra vez. Sé que suena como locura y sé que así es, sabía que si dejaba la locura fluir iba a hacernos mal. Pero luego ocurrió esto. ¿Tú quieres que enserio no vaya a creer mañana que no vas reflexionar sobre que tu hijo merece una familia funcional y me vayas a dejar fuera y lejos, sin ti? Ibas a hacerlo con Stephanie, y la odiabas, qué no podría pasar con está mujer... ¿Qué me asegura incluso que no alucinaré e inventaré cien cosas por cada vez que Anya y tú vayan a tener que verse las caras? No me estás pidiendo eso. —llorando de forma casi ansiosa, se acercó, me dio un beso en la mejilla y sus lágrimas empaparon mi cara. —Ya me voy. Vengo por mis cosas después, no sé qué hacer, pero vendré. —sacudió la cabeza y salió por la puerta.

A rapist stepfather. |#1| Axl Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora