Capítulo 32.

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_____ Seymour.

  Qué no hubiera dado porque todo hubiese sido más que una broma de pésimo gusto. Que todo fuera diferente... Una vida donde Stephanie Seymour no fuese mí desgraciada madre. Ni mi amiga. Es más, ni mi conocida. Vería al ángel más popular e importante de Victoria's Secret y tal vez, con suerte, no supondría absolutamente nada para mí. Sí pudiera alejarme y dejar de pensar en ella y lo que habíamos vivido juntas el poco tiempo bueno que tuvimos. Si tan solo ella no fuese tan malditamente difícil. Lo que no daría porque alguien viniera y me hundiese ahora mismo. Jamás moriría por mi propia mano pero en este momento sentí, y sí que pensé, que sí no podía enfrentar todo esto morir iba a ser mucho más sencillo que cuestionarme por qué mi madre y mi ex pudieron hacer esto.

  Pero, Stephanie... Hombres comportándose como una mierda siempre habían, y no era una forma de justificar sus comportamientos banales y grotescos. Pero que una mujer se pusiera frente a ti y te jodiera siempre te dolía más sí de ante mano, ella sabe quién eres y qué representas. Encima que yo hubiese salido del vientre de la mujer que fue con el hombre que yo quería para lastimarme. Porque era eso, quiso lastimarme. Quería que él me diera detalles de su satisfacción, y era tan asqueroso. Incluso recordé a Axl. Cuando le conocí no presté ni un segundo de mi atención porque me quedó claro que estaba drogado y en un terrible momento. No mucho de lo que decía era tan tangible, creíble o algo igual. Dentro de las incoherencias de una mente drogada y perturbada, pretendió utilizar a su favor para convencerme cómo Stephanie había "fantaseado" con mi novio y ella se lo había dicho.

  Era enfermizo no haberlo notado antes. Pero recordarlo provocó un llanto mucho mayor. Probablemente todo fue mucho más premeditado de lo que podría imaginar. Eso explicaría por qué se volvía tan atenta cuando me veía con John.

  A Stephanie le había perdonado absolutamente todo. Hayley, en primer lugar. De todas las culpas que no eran mías si no suyas, la perdoné. Le perdoné que me tratara como si no fuese querida o que siempre se fuera sin decir adiós. Igual le perdoné que me abusaran por haberme ido a dejar a la casa de un desconocido en contra de mi voluntad. Pero esto para mí, ya iba mucho más lejos.

  Ni siquiera pude seguir llorando tanto tiempo, la puerta del baño había sido abierta y una voz grave y ronca hizo eco en el lugar llamando mi nombre. Era Axl. Por mucho que hubiese estado llorando escuché cuando terminó el show, y supe que se iban, y no había sido así como hubiera pretendido despedir a mi banda favorita que se tomó toda la molestia de venir aquí... pero no esperé que Axl estuviera aquí, justo ahora.

— ¡_____! —volvió a gritar. Decidí quedarme en silencio para que se fuera, no necesitaba desahogarme con él, ni con nadie. No todavía por lo menos. —Puedo ver tus tacones por debajo de la puerta, así que por favor, solo ábreme. —maldición, ¿Cómo es que reconocía mis malditos zapatos? Ni siquiera habíamos hablado el día de hoy ni una sola vez como para que supiera cuáles eran. Apreté mis ojos, ligeramente irritada y pensé en algo que decirle.

—Esta no es la primera vez que me sigues a un baño, así que tal vez sólo deberías marcharte, ¿O es que acaso no puedo entrar a uno sin que me sigas? —Axl se quedó en completo silencio. No fue justo lo que le dije, nada justo, pero sólo quería que se fuera.

—Te escuché llorando. —contestó, y ahora sonaba un poco nervioso.

—No me siento muy bien, Axl, soy mujer, tengo cólicos y esas mierdas y... —comencé a hablar. Sólo necesitaba cualquier excusa para que se fuera. Que entendiera la urgencia de que me diese privacidad. —Sólo vete, necesito... tú sabes, cambiarme. —apreté los ojos, eso no fue muy bueno que digamos. ¿No pude inventar otra cosa menos rara?

— ¡Bien! Pero si tienes las bragas arriba y está sentada sobre la tapa del retrete, no entiendo cómo es que haces lo que dices. —murmuró Axl. Momento, ¿Cómo demonios lo supo? Dudosa, gire mi cabeza hacia arriba y lo vi arriba del muro metálico. Se hallaba de pie en el retrete del baño de al lado. Me estaba observando desde arriba. Me sentí ligeramente acosada. También me pregunté si para cualquiera era normal tener a Axl Rose parado sobre un inodoro a lado del tuyo, espiando por encima de los muros metálicos.

A rapist stepfather. |#1| Axl Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora