En Los Ángeles y sus alrededores encontrabas todo tipo de clientes. No había nada de novedoso ir a un bar repleto de música country. Tenía a mis favoritos dentro del género pero dudaba que está noche algo fuese a capturar mi atención.
Adriana pasó el rato hablando sobre el trabajo de ese día y de algunos dramas de chicas entre prostitutas y bailarinas. Hacía reír con frecuencia a _____ y aunque no participé demasiado en su charla, disfruté de la agradable risa de ella. Cuando nos detuvimos afuera del Alabama Song, cada quien bajó por su cuenta. Habría ido hasta el lado de ella y habría abierto su puerta, pero incluso si Adriana no hubiese estado presente, habría tenido que evitar aquel comportamiento.
Al entrar, caminé junto a ellas mientras Adriana presumía la futura música que habría en vivo por parte de una banda local poco popular. Para ser más honesto, nada me apetecía menos que escuchar a un grupo de campesinos tocar pero me ahorré mis comentarios negativos para evitar ser el aguafiestas de la noche. Después de abrir la puerta del bar, di un paso atrás y dejé que las chicas entraran primero. Lo primero que noté fueron los ojos de algunos hombres muy abiertos mientras ellas entraban en el lugar, a la par que comenzaban a cotillear entre ellos. Tendría que dejarlo pasar, porque, después de todo, ¿Cómo demonios podría partirle la cara a un hombre por mirar a _____? No me interesaba que miraran a Adriana, que lo hicieran todo el tiempo que quisieran, Adriana estaba aquí por esa razón, ¿Pero porque demonios a mi _____? Ahí fue que un chico de rizos le dedicó una amable y cálida sonrisa a _____, y ella le respondió con otra. Los miré uno a uno desde atrás con el entrecejo fruncido sin dejar de avanzar y supe que esta iba a ser una noche demasiado larga.
Mientras Adriana avanzaba y decía necesitar de algo que llevase tequila, buscamos una mesa. Esa era la única razón por la que la castaña aún no se había pasado de largo hasta la barra para comenzar a emborracharse. Me urgía llegar a una nueva mesa, sentarnos y deshacernos de los buitres que todavía las observaban. Justo pasábamos al lado de una mesa con cinco o seis sujetos mucho mayores que cualquiera de nosotros y todos tuvieron que arrojar miradas y cumplidos al aire hacia las chicas. Muy divertidos al parecer. Las chicas los ignoraron por completo, sabiendo que eran el típico grupo de idiotas borrachos comiéndose a todas las mujeres con la vista, esperando la mínima oportunidad de poder follarse a una.
—Buenas noches. —mencioné detrás de ellas. Aún las miraban. Uno de ellos derramó su cerveza y algún otro, con nerviosismo evidente, respondió mi saludo.
Y antes de que seguramente siguieran diciendo cosas sucias sobre _____, me pasé de largo hasta ella. Acerqué mi mano y la dejé ahí, justo en su espalda baja. Así caminamos por ahí, conmigo cerca de ella. Ella no lo sabía, o eso esperaba, pero eso demostraba posesión, y todos los imbéciles de esté lugar necesitaban ver de una vez que ella no estaba ahí en ese lugar sola.
Dirigí a las chicas al reservado vacío más lejos de la pista de baile y tomamos la primera mesa. La música estaba tan condenadamente alta que el único modo de poder escuchar la suave voz de _____ sería sentándonos en una mesa retirada del área de baile. Tenía la ventaja de que era una de las únicas mesas disponibles en el lugar. _____ se sentó junto a la pared y me senté a su lado. Adriana tuvo que sentarse al frente, no sin antes lanzarme una miradita, cómo sí tuviera una clara idea de por qué me llevaba a _____ lejos de todo mundo. Era claro que lo captaba. Que se jodiera.
— ¿Qué quieres tomar? —le pregunté a _____. Por mi parte, sí la noche sería como hasta ahora, necesitaría tomarme una botella entera de bourbon, porque tenía dos opciones. La primera sería calmar mi cabeza y relajarme bebiendo 750 mililitros de botella. O bien, la segunda, perderla a causa de los celos, empeorándolos con la bebida.
—No estoy segura —dijo, y entonces miró a Adriana. — ¿Que beberás tú, Smith?
—Creo ya haber mencionado mi ambición por el tequila, pero cómo es la primera vez que salgo contigo, dejaré que tú pongas las reglas para nuestra primera ronda. Tiene que ser una buena, será el inicio de una gran noche. —alardeó, guiñando su ojo y sonriendo como sí fuese algo bueno.
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A rapist stepfather. |#1| Axl Rose.
Storie d'amoreAxl Rose siempre fue un hombre fuerte, atractivo y varonil que solía hacerse notar tras cada paso que daba y solía acaparar todas las miradas del lugar al que fuera. No solo porque fuera el líder de la banda de Hard rock conocida por tocar en los pe...