Capítulo 23.

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_____ Seymour.

Esta era yo, escuchando a nada más y nada menos Axl Rose cantar una de mis canciones favoritas en el eco de mi habitación. La canción todavía era un enigma y un misterio entre los fanáticos que los habían perseguido en bares, y los que habían comenzado a perseguirlos después de obtener una copia de Appetite For Destrucction. Algunas personas habían conseguido obtener audios de calidad que valiera la pena comprar de aquellas míticas presentaciones, de ahí que tantos tuviéramos Don't Cry como nuestra canción favorita. Estaba tan convencida que, una vez que pusieran la canción en un álbum, sería de los temas más memorables para la banda.

La canción, en sí para mí, ya significaba tanto; tenía la capacidad de hacerte trascender con los solos de Slash y hacerte sentir en el abismo. Un abismo que Axl e Izzy intentaron que sintieras y vivieras, aunque fuera por cuatro o cinco minutos. Aquí estaba yo, escuchando a Axl a acapella, me hacía estremecer y mientras acariciaba mis prendas eligiendo alguna, sentía tanta nostalgia por querer llorar. Me detenía y dejaba de buscar con tal de poner más atención a su hermosa voz.

Sin tener que dudarlo nunca, podría afirmar que Axl tenía una de las voces más dotadas y hermosas del mundo. Es que estaba cantando, completamente en vivo, sin vocalizar ni instrumentos acompañándole y sonaba increíble. Eso era lo que yo conocía por tener talento de verdad. Múltiples artistas no lograrían lo que él ni con el playback.

De repente me sentí como una jodida afortunada y me sentía alta y poderosa, como sí estuviese por encima de todos, ¿Cuántos tendrían la oportunidad de escuchar a Axl cantar de está manera tan hermosa, pura y natural?

Con aquella hermosa voz de fondo, terminé de vestirme. No fui tan ingeniosa cómo habría querido, pero es que Axl tampoco especificó a qué bar iríamos. Él lucía como siempre, toda una estrella de rock, así que, fue lo que le sigue de sencillo tomar unos jeans negros desgarrados que, a nadie engañaba, eran absolutamente hermosos y nada sencillos de conseguir. Mi ingenio se había sobrepasado gracias a las revisas de moda que seguía y me habían dado una idea para colocarle algunos seguritos entre las roturas y así, obtenían una visión más gótica de ellos de lo que ya eran. Ya sí tenía que igualar a Axl y considerando que iba con una banda de rock, me coloqué botines negros de tacones altos por qué, ¿Qué más daba matar a mis pies desde temprano con taconazos sí iba a lucir de maravilla? Y, una blusa mesh de manga larga que quedaba como ombliguera y ya estaba.

Me acerqué lo más sigilosa que pude hasta Axl y me quedé de pie a su lado sin dejar de mirarlo. Sus ojos permanecían cerrados y casi daba por finalizada la canción. Sobre su cuerpo, mi precioso Lennon descansaba y las pálidas manos de Axl lo acariciaban sin ningún tipo de descanso.

Ahí me quedé estupefacta observandolo. Ni aunque me encontrase sentada en el mejor de los sitios con la mayor calma del mundo, alcanzaría a aguantar la respiración todo ese tiempo que él se tomaba mientras cantaba esa última nota. Eso, y de más decir que su mentón y su nariz eran una delicia.

- ¿Te han dicho lo increíblemente bien que cantas en vivo? -le pregunté y abrió los ojos en mi dirección. Claro que lo habrían halagado, a estas alturas ya medio país lo habría hecho. Bien merecido.

- ¿Estás haciéndolo tú esta vez? -preguntó, de una manera que incluso llego a sonar seductora. Me olvidaba que era Axl de quién hablábamos. Su voz era terriblemente seductora.

-Claro, te lo mereces. Cantas muy bien en vivo, por eso el mundo te tiene en un pedestal tan alto y te consideran el mejor showman del estado el último año. -una pequeña sonrisa divertida golpeó su rostro. Aunque le hicieran gracia mis palabras, sé que yo tenía razón y lo que muchas personas decían también.

A rapist stepfather. |#1| Axl Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora