A rapist stepfather. |#1| Axl Rose.

Capítulo 61.

______ Seymour.

  Aquella tarde de amigos terminó cerca de las tres o cuatro de la tarde, del día siguiente. Todos se habían ido con resacas, las chicas tuvieron que conducir de vuelta porque la banda estaba demasiado enferma como para poder conducir o siquiera abrir los ojos. Aquella vez, sentí pena por Harlow debido al desorden del lugar. Encima llegó y lo primero que hizo fue deshacer maletas. No creía que estuviera bien, y ni siquiera me sentía en paz con eso. Ella deshizo la maleta de Axl y yo me hice cargo de la mía, luego ambas hicimos toda la limpieza del lugar. Me repitió varias veces que aquel era su trabajo pero no pasó mucho tiempo para que mis ganas de hablar hasta por los codos se hicieran presentes y lograse distraerla, hasta hacer que ella misma comenzase a hablar también.

  Ahora, todo lo que sentía eran los brazos de Axl rodeando mi cuerpo. Después de dedicarle un suave suspiro, comencé a sentir sus besos por la piel de mi cuello. Así que, Axl quería que me despertara. Está semana, extrañamente, había amanecido junto a mí, pero había estado haciendo eso desde temprano. Había descubierto que me provocaba despertar de muy buen humor.

—Ya, Axl. —me reí, pero también me esforcé por seguir dormida. Él, antes que detenerse, me dió un beso en la oreja y después la mordió levemente. Mi espalda se arqueó. Se sentía bien, pero quería reírme.

—Ya despierta, son casi las diez.

—Me hiciste dormir hasta el amanecer en casa de Slash. No tendría sueño ahora sí al menos se hubiesen reído en voz más baja y Queen hubiese sonado más bajo. —respondí. Mis ojos permanecían cómodamente encerrados.

  Anoche, Adriana y yo habíamos dormido en la habitación de huéspedes del departamento de Slash. Habían tenido noche de dómino y pizza. Era una reunión de chicos, pero todos querían que estuviéramos ahí. Jugamos algunas rondas de domino, bebimos cervezas y reímos por mucho tiempo pero poco a poco todas comenzamos a sentir sueño. Ellos estaban borrachos, tenían una larga batería cuando esto sucedía. Tenían más tiempo e ingenio para hacerse bromas, o chistes pesados entre ellos que hacían que cualquiera que estuviera presente rompiera en risas. No podías pasar más de unos cuantos minutos sin reírte porque para hacer una tontería que pusiera a reírte, eran incluso más talentosos que con la música.

  A las cuatro de la mañana Axl entró a la habitación, me despertó y completamente borracho me dijo que nos íbamos. Muriéndome del sueño lo seguí e Izzy nos trajó a casa. Procuré estar despierta durante el camino, solo me desperté porque habíamos llegado a casa.

  Al cruzar la puerta de la habitación me olvidé increíblemente rápido de mi cansancio cuando Axl llegó detrás de mí. Tomó mi cintura y comenzó a besar mi cuello, después me hizo volverme hacía él para poder besarme con fuerza.

— ¿Haremos esto ahora? —le pregunté en un jadeo. Axl se encontraba en verdad ebrio. Sí prefería irse a la cama y simplemente dormir, yo entendería.

—Quiero hacerte el amor toda la noche, primor. —dijo, con su voz grave, pícara. Tambien  estaba arrastrando las palabras. — ¿Tú quieres esto? —él aún me tenía entre sus brazos. Asentí rápidamente y Axl me bajó a la cama.

  Me quitó toda la ropa y yo le quité la suya. Le quité la bandana de su cabeza y lo hice salir de su camisa blanca. Yo estaba completamente desnuda cuando, entre las sábanas, él se introdujo en mi interior y se movió contra mí en forma de misionero. Él aún tenía ese pantalón de cuero que se ajustaba tan bien a sus fuertes piernas.

  Me tomó con ambos brazos, me elevó y con él sentado en la cama y conmigo sobre él, comencé a moverme. Viendo sus ojos cerrarse y sus labios abrirse por el placer, lo vi también tomar el control de ambos. Me sujetó ambos brazos con los suyos y comenzó a moverse tan mal que tuve que gritar cuando el orgasmo me golpeó. Él tenía mi boca junto a la suya cuando me cargó para recostarme en la cama de nuevo.  Dejó mis labios para moverse hasta mis pechos y también me penetraba hasta alcanzar su liberación.