A rapist stepfather. |#1| Axl Rose.

Capítulo 2.

Axl Rose

  Con un poco de mi dosis de mierda diaria me encontré listo para aquella maldita tarde en el restaurante que Stephanie había organizado en mi nombre sin siquiera consultármelo. No quería ir. Si tenía que ser sincero, preferiría mil veces quedarme en cualquier bar hediondo bebiendo hasta muy tarde, haciendo nada fuera de la rutina y probablemente tampoco haría nada productivo sino, todo lo contrario; gastaría dinero y bebería hasta el cansancio, pero lo prefería antes que ir hasta el restaurante de las guerras decía Steph. Creía saber de historia pero en realidad, el sitio había sido desmentido, era un fraude y uno costoso de pagar. Tendría que ir conduciendo y peor, drogado. Al menos en el bar vería algo de fútbol en el televisor ese de mierda que perdía su señal cada dos minutos y que hacía que Ray se acercase a cagarlo a golpes hasta que consiguiera una señal. Hablaría con uno que otro desconocido hasta caerme de borracho, o drogado, lo que fuera y fumaría un par de cigarrillos mientras sostenía alguna conversación con algún vago que perdió a su familia. Casi como yo, solo que yo no era un maldito vago. Tenía el control de mi vida, o eso quería creer porque de todas maneras, ahí iba al restaurante.

  Quería presentarme a su hija. No es que no me importara conocerla, porque más bien era lo contrario. Stephanie era la primer mujer que se daba el lujo de decir que era mi pareja, pero también mi primer pareja con hijos. Y peor, una grande. Estaba más allá de intrigado. Poco recordaba de Steph la primera vez que nos conocimos, pero desde ese momento hasta ahora, no parecía creíble que Stephanie pasara siquiera  los treinta y viene a resultar que pasa la edad y encima, tiene una hija mayor. Pero, ¿Por qué hacer de todo esto un drama? Me presentaron a una princesa en Europa hace menos de un año durante la gira con Aerosmith, y la dejé esperando. Lo de ahora sería más o menos lo mismo.

  Ignoré el primer mensaje, el segundo también, y fue a partir del tercero que decidí irme y aparecer con ellas. Solo porque ya estaban en el restaurante acordado esperándome desde hacía una hora y la chica insistía con marcharse. Supongo que estaba 'en la edad', y por eso su insistencia de hacer lo que quería.

  Aunque todo hay que decirlo, ya había visto a su hija en un par de ocasiones y una fue más distinta y extraña a la otra.

  La primera vez que lo hice, fue durante la única visita que había realizado a la residencia Seymour, hasta ahora. La ví en una fotografía, solo que ella tenía como dos o tres años de edad. Era bonita, fue lo que pensé mientras sonreía y pensaba. Pensé que en otro momento o más bien en otra vida, ya si iba a liarla con una mujer que tuviera hijos, que por lo menos, tuviera la oportunidad de coincidir y llegar cuando sus hijos fuesen apenas unos críos. Participar en la crianza de un niño siempre tenía que ser visto como lo que era: un privilegio. En cambio llegar en la edad en la que no soportan a ningún adulto... bueno.

  Aunque yo no era una buena imagen en este momento ni para un crío, ni para un adolescente, ni para un recién futuro adulto, ni para nadie. De hecho, era un asqueroso desastre sin mucho criterio recientemente como consecuencia de las drogas que había estado tomando como desayuno, comida y cena. Izzy decía que me había vuelto bastante pendejo. De ser cierto, mis razones tenía.

  El segundo encuentro que se dio con ella, fue la tarde en que Stephanie me envió a ella. Estaba desesperada por éste encuentro. Creo que solamente estaba bastante desesperada por marcar territorio porque todo lo que me decía de ella era cuán obsesionada estaba conmigo y mi música. Pensarlo, entonces, me enfermaba lo suficiente como para querer retrasar este momento lo más que se pudiera, puesto que Stephanie no había sido nada amable sacando todos los trapitos al sol de su hija; Stephanie estaba casi tan enferma como yo por delatarla, y yo por haberlo tomado como un cumplido apenas la ví y pensé que Stephanie no mencionó que vivía con otra modelo. Después de una bofetada mental al instante, pude corregir el pensamiento.