Si los Sakamaki fuesen mujer [Book #1]

Capítulo 08 (Shin X Raito)

Después de que Ayato se fuera. Raito siguió ignorando a Shin, y aunque el pelirosa no quería darle importancia, la verdad es que si la tenía. Obviamente era extraño que la pelirroja lo ignorara después de haber estado sobre él todos los días, desde hace unos meses.

Justo en el momento que sonó el timbré que indicaba el inicio de las clases, llegó Kino. Cuando Raito lo vio levantó la mano y lo saludó, este se acercó, la atenta mirada de Shin analizaba la situación.

- ¿Puedo sentarme a tu lado? - preguntó, Raito asintió emocionada.

Shin frunció el ceño al ver que el azabache se sentaba junto a la pelirroja. Sintió algo extraño, se sentía enojado, irritado, quería golpear al chico que estaba sentado junto a Raito, y con más razón al verlos conversando tan animadamente.

- ¿Hiciste la tarea?- preguntó Kino a Raito, quien negó sonriendo - El profesor te regañara de nuevo.- le advirtió mirándola a los ojos.

- Me da igual, estoy acostumbrada.- dijo encogiéndose de hombros. Jamás le había importado si la regañaban o no, solo estaba conforme de pasar de aprobar para que así su padre no la regañara, era el único regaño que le importaba.

Shin estaba escuchando toda su conversación, él si había hecho la tarea, tenía la intención de prestársela a la pelirroja, pero el azabache se le adelantó.

- Ten.- dijo entregándole el cuaderno, Raito abrió los ojos sorprendida.

- ¿En serio? - preguntó sonriendo, el azabache sonrió al ver su sonrisa y asintió - ¡Gracias! ¡Eres el mejor! - dijo emocionada y se lanzó a sus brazos.

Kino respondió a su abrazo riendo, mientras que Shin fruncía el ceño y  desviaba la mirada. Ahora que Raito no le prestaba atención estaría más tranquilo, ¿No?

Desde la primera vez que la vio, Kino había sentido algo, una conexión con la pelirroja, además de que creía que era muy guapa.

El pelirosa estaba intentando convencerse de que estaría mejor sin ella, sin sus molestos intentos de conversación, ella ya no lo seguiría más, lo cual debía hacerlo sentir mejor, pero no, todo lo contrario, sentía como se le hacía un nudo en la garganta. La rutina a la que estaba acostumbrado ya no sería más.

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