Capítulo 12 (Azusa X Kanato)

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Kanato estaba en su salón, sentada sola, porque no deseaba a un compañero. Veía como Ayato conversaba con Yui, o al menos la rubia le hablaba, la pelirroja parecía perdida.

Salió del salón con Teddy apenas sonó el timbre del receso, se dirigía al baño.

Azusa vagaba por los pasillos, sin un destino fijo, cuando vio a la pelimorada sonrió sin mostrar los dientes. Era hermosa, verla le hacía feliz.

- Kanato-chan.- la llamó el Mukami con su tono de voz suave y lento. La Sakamaki conectó su mirada con la de él.

- ¿De nuevo estás siguiendome?- preguntó con Kanato con el ceño fruncido. Ya habían pasado varios meses desde que la había comenzado a seguir, y a decir verdad ya le estaba hartando.

- Yo... Sólo... Pasaba... Por... Aquí.- respondió el azabache, la lentitud en la que lo dijo irritó a Kanato, pero se contuvo de querer golpearlo.

- Ah, bien, adiós.- dijo en un tono cortante y frío. Caminó hasta la puerta del baño dejando al Mukami solo.

Azusa se quedó apoyado en la pared esperando a que Kanato saliera del baño, quería pasar tiempo con ella, quería saber si era como pensaba, si ella entendía lo que el quería y sentía.

Kanato dejó a Teddy a un lado,  abrió el grifo del agua, y se lavó la cara.

- ¿Por qué tiene que estarme siguiendo siempre? - se quejaba murmurando a sí misma.

Se secó la cara, tomó a Teddy y salió del baño, se encontró enseguida con el Mukami apoyado sobre la pared.

- Te... Estaba... Esperando.- dijo el azabache, Kanato apretó los puños.

- Yo no te lo pedí.- se quejó la pelimorada desviando la mirada del Mukami, que tenía sus ojos posados sobre ella.

- Yo... Quiero... Pasar... Tiempo... Contigo.- dijo Azusa acercándose a ella, esta retrocedió hasta chocar con la pared.

- Alejate.- dijo en un tono amenazante, Azusa hizo caso omiso a su palabra, y se acercó.

- Hueles... Bien.- dijo acercándose al cuello de la pelimorada, esta lo alejó bruscamente y golpeó la mejilla del azabache con la palma de la mano, el Mukami se alejó y sonrió - Tu... Me... Quieres.- afirmó con voz suave.

Kanato lo miró sorprendida, no tenía intenciones de golpearlo, pero lo había hecho por reflejo, no había pensado, solo había actuado, y ahora se sentía culpable.

- Y-yo... Lo siento.- dijo la pelimorada acercándose - ¿Te duele mucho? - preguntó preocupada, pues lo había golpeado bastante fuerte, la mejilla del Mukami estaba roja.

- Realmente... Me... Quieres.- dijo sonriendo, a Kanato le pareció algo tonto que dijese eso - Tu... Me... Entiendes.

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Si los Sakamaki fuesen mujer [Book #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora