Prólogo: Primavera

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- ¡GUARDIA DE HONOR, FIRME!

Lento. Todo parecía ser tan lento. Lento como la brisa que soplaba entre la arboleda; el aroma a pino inundaba el lugar, haciendo torbellinos mentolados que se mezclaban con los pétalos de los cerezos en flor que flotaban alrededor.

Lento como los movimientos de todos quienes estaban ahí. Del modo en que cada palabra susurrada, cada giro, incluso cada inspiración, parecía extenderse y hacerse eterno, prolongando la tortura.

- ¡APUNTEN!

Sintió una mano apretarle el brazo por sobre la tela de su traje. Bajó la mirada y le vio esconderse en su cuerpo, sobre su vientre cálido y le abrazó, acariciándole el cuello para calmarle; para decirle que ya todo pasaría, que a pesar de que le había dicho que no quería ir, debían estar ahí.

Él se lo debía.

Alzó la mirada y frente a él le vio; en su traje de gala azul oscuro, la gorra casi cubriendo sus ojos, y medallas colocadas estratégicamente. Su piel pálida, su mentón temblaba con el apremio de contener lo que hace dos días venía guardándose para sí mismo, ojos rojos y la mirada que no se apartaba de enfrente.

- ¡FUEGO!

La guardia se movió sincronizada, con los fusiles apuntando al cielo cuando el primer disparó resonó y los pájaros salieron de sus escondites para perderse en un batir de alas. Taemin cerró los ojos, quien le abrazaba se apretó más contra él, Kibum deslizó la mano por el antebrazo de Jonghyun y Jinki cerró los ojos, tragando duro.

- ¡FUEGO!

Un escalofrío le recorrió y de inmediato imágenes del pasado rondaron su mente; todo tan reciente, tan vívido aún. El olor a pólvora camufló los cientos de arreglos florales blancos puestos estratégicamente y un cuarteto de guardias se acercó al féretro para retirar de ahí la gorra y entregársela a Jinki, saludándole protocolarmente para luego tomar la bandera y comenzar a plegarla en movimientos elegantes.

'Él... no sabemos nada de él, creo que no irá Taemin' y no lo había hecho. Lo último que había sabido de él, era esa corta llamada por teléfono de parte de Jinki, el mismo día en que se estaba haciendo cargo de todo, olvidándose de sí mismo. Olvidándose de que la tristeza sobre sus hombros pesaba más que a cualquier otro que estaba ahí presente.

- ¡FUEGO!

El último disparo es la señal para que los guardias bajen sus armas y la solitaria melodía de una triste trompeta resuene. La bandera plegada es dejada con sutileza en las manos de la mujer que se sostiene del brazo de Jinki y la aprieta entre sus dedos, recostándose en el hombro de quien ahora, finalmente, se permite llorar en silencio cuando los policías, funcionarios administrativos, altos mandos y amigos, se les empiezan a acercar para dar las últimas condolencias y comenzar a irse.

Taemin permanece con él, al igual que Jonghyun y Kibum, y la madre de Minho que no se despega del lado del castaño y quien llora porque siente propio el dolor de su hermana. El menor se acerca pero queda en su sitio cuando Jinki se incorpora, caminando hacia el féretro de brillante madera.

Sus manos lo rozan, sus dedos tiemblan cuando saca del bolsillo de su traje un brillante anillo que deja junto a una solitaria rosa blanca. Y se inclina, dejando un beso que lo doblega, permitiéndose llorar sin contenerse y que sus lágrimas mojen la madera ahora que estaban solo, quienes debían estar ahí.

- Perdóname amor por demorar tanto... - susurró ahogándose en palabras y lágrimas de las que TaeMin se apodera porque sabe lo que se siente despedir a quién amas del modo en que ahora Jinki lo vive – Te amo, demasiado...

[ Brisas de Primavera ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora