CAPÍTULO XXVII: Kim JongIn

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Kim JongIn siempre supo lo que quería. Cuando era niño, quería tener mejores juguetes que sus amigos, iba donde sus padres quienes le consentían en todo y los obtenía. Cuando estaba en la secundaria un profesor le reprendió por estar mandando papelitos a escondidas con sus amigos; JongIn se enojó, quiso que echaran al profesor, inventó que el hombre se le había insinuado de forma indecorosa y fue a acusarlo con sus padres quienes a su vez, fueron a hablar con el director del instituto. El profesor fue despedido al día siguiente.

En la Universidad, si quería tener algún chico o chica, lo decía directamente. Si quería tener citas con alguien, las tenía y si por casualidad, se oponían porque no querían o ya estaban emparejados de antes, JongIn se lo tomaba como un reto personal. No le importó inventar algunas cosas para que la pareja de su persona de interés le dejase y así poder tener el camino libre para conquistarle.

Con TaeMin había sido lo mismo. La primera vez le había visto de casualidad en el centro de la ciudad. Andaba haciendo un par de trámites y divisó a TaeMin caminando por la acera mientras él esperaba en su auto, detenido en un semáforo en rojo hasta que le vio entrar en un edificio. Tal como antes, ese deseo tan suyo de querer tener lo que llamaba su atención o gustaba, se hizo más fuerte que antes.

Desesperado por haberle perdido de vista y obligado a seguir su camino, JongIn se prometió ir a ese edificio en donde la persona de su afecto había ingresado. Así lo hizo el día siguiente; preguntando oficina por oficina hasta que dio con la clínica de psicología en donde el chico trabajaba. Pidió una hora para hablar con él y así supo su nombre. Continuó con ese plan de atenderse con él, hasta que consiguió su teléfono personal, varias citas, invitaciones a su departamento y por consecuencia, una relación.

Tuvieron que pasar un par de meses para que JongIn perdiese la paciencia con TaeMin, quien en todo ese tiempo, jamás le había invitado a su departamento y cada vez que JongIn insinuaba sus ganas de ir, el castaño rehuía de aquello, molestándole. Cuando finalmente TaeMin lo hizo, había entendido el motivo detrás: su novio tenía un hijo, un bebé al que había adoptado cuando vivía en Japón.

'Pensé que si te traía antes a casa, ibas a alejarte de mí. Lo siento por no habértelo contado antes pero, también quería proteger a MinGuk' le dijo TaeMin. Le había costado asumir ese detalle, no fue fácil pero eventualmente lo hizo. Cuando la relación se hizo más estable, ambos decidieron irse a vivir juntos con el pequeño niño pero, había algo que JongIn sentía y que le costaba que no fuese así; no tenía apego con MinGuk. Simplemente, no existía una especie de vínculo entre ambos y JongIn sabía perfectamente el por qué.

Él había querido a TaeMin y lo tuvo. Después tuvo a MinGuk pero, él jamás lo quiso. JongIn no tenía interés en las cosas que le eran impuestas sin él desearlas. Era tan sencillo como eso. Amaba a TaeMin, tenía cierto 'afecto' por su hijo, pero siendo honestos, el niño no era tan importante en su vida como sí lo era TaeMin.

Y a medida que MinGuk fue creciendo, ese sentimiento se fue asentando en él. El pequeño era inteligente, quizás demasiado, porque de una manera u otra, la relación que MinGuk tenía con su padre, era muy distinta a la que tenía con él. El niño comenzó a volverse para él, casi como un rival en tener los afectos y la atención de TaeMin, y se volvió cada vez más molesto cuando supo que MinGuk no le quería. El pequeño sabía que JongIn no lo quería, que para él era simplemente alguien con quien compartir un techo y tener una familia, y que era una consecuencia de estar con TaeMin, su padre.

JongIn nunca le dijo lo contrario y tampoco confirmó sus sospechas, no era tan mala persona como para decirle ese tipo de cosas a un niño. Aunque tampoco era necesario hacerlo, el solo hecho de que MinGuk le llamase por su nombre y no dijese "papá" o tratase como uno tal como TaeMin lo deseaba, era más que suficiente para que JongIn fuese consciente de que para MinGuk, él no era alguien importante en su vida. Así como MinGuk tampoco lo era en la suya.

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