Capítulo II: n° 3N247H02

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Una semana antes

Un sonido fuerte hizo eco en el pasillo cuando el guardia en el interior, abrió la puerta enrejada. Cruzó el umbral y se detuvo en el ventanal polarizado y un pequeño agujero por donde poder comunicarse.

- Fiscal Kim JongHyun – dijo mostrando la credencial del tribunal – Vengo a hablar con un presidiario. Tenga, la autorización del alcaide...

El guardia la recibió, tipeando la información en un computador para luego timbrarla y devolverla por la delgada ranura que atravesaba el cristal.

- Debe dejar su maletín acá, su teléfono celular, su cinturón, las colleras, corbata y documentos personales...

- Es solo un interrogatorio

- Es el protocolo

- Necesito llevar la grabadora conmigo – dijo dejando todo en una bandeja que colindaba con el doble muro de vidrio, mostrando el pequeño aparato.

- Bien, puede entrar; camine al fondo del pasillo y de ahí a mano derecha, otro guardia estará esperando por usted y le llevará a la sala de interrogaciones...

JongHyun asintió y avanzó por la ruta señalada, al llegar al lugar, otro guardia esperaba por él, quien recibió el documento firmado por el alcaide y luego le hizo entrar a una habitación; una mesa en medio, dos sillas y un muro de vidrio que los separaba de otra habitación colindante.

Se sentó y en un par de minutos, la puerta de metal blindado se abrió y dos guardias ingresaron acompañando al hombre que esperaba ver. Vestía un traje anaranjado de dos piezas, zapatillas blancas y en el torso, el número de identificación que aseguraba que era él, la persona indicada.

- Tiene quince minutos – le señaló uno de los guardias antes de que ambos se fuesen y les dejasen solos.

El otro hombre tomó la silla para arrastrarla y luego sentarse apoyando ambos brazos en la mesa.

- ¿Quién eres?

- Soy el fiscal Kim, Kim JongHyun – dijo, deteniéndose en la sonrisa del otro hombre.

- ¿Kim JongHyun, como el hijo de Kim MinSik?

JongHyun asintió, algo molesto por la comparación; no es que negara a su padre pero éste tenía su fama muy bien instalada en los tribunales de justicia de todo Seúl y ese detalle, le había sido recordado con más frecuencia de la que él hubiera deseado incluso mucho antes de que se decidiese por seguir la misma carrera, sabía que su gran rival, era su padre retirado.

- ¿Te importa? – preguntó mostrando la grabadora, encendiéndola luego de recibir la aprobación - ¿Podrías decir tu nombre para el registro?

- Jung Woong In, un placer conocerlo señor Kim

La galantería y cierta indiferencia de minutos previos desaparecieron; JongHyun sonrió y ya más cómodo, se quitó la chaqueta para dejarla en el respaldo de la silla. Dobló las mangas de su camisa y se inclinó.

- Woong In, usted está cumpliendo una condena de 50 años de pena efectiva, ¿Es eso correcto?

- Quedan 43 – sonrió – pero sí, es correcto...

- Según los antecedentes, ha sido culpado por encubrimiento de homicidio, participar de secuestros, lesiones gravísimas y por no colaborar con la ley...

- Tiempos aquellos, sí, es efectivo aunque, ¿Lesiones gravísimas? Siempre me cuestioné eso, es un término muy ambiguo...

- Señor Jung, ¿Sabe a lo que he venido?

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