[ Brisas de Primavera ]

Capítulo IX: Resucitado

Ambos cayeron de espaldas en el suelo; sus cuerpos sudorosos, respiraciones entrecortadas y la energía desgastada con combos y patadas haciéndoles sentir más relajados. Habían quedado en practicar un poco de combate cuerpo a cuerpo, la semana había estado jodida y esa era la única forma en que ambos, parecían botar las malas energías y preocupaciones.

- Me diste fuerte en la cara, creo que me dejaste el ojo morado

- Deja ver – dijo el otro volteando el rostro, mordiéndose el labio para evitar reír – Sip, creo que se te caerá, ¿Crees que podrás postular a SWAT con un ojo menos?

- Ja ja, muy gracioso hyung...

JinKi rio, moviendo sus manos para quitarse los guantes de boxeo y dejar al descubierto sus dedos vendados. Cuando quiso secarse el sudor de la cara con el borde de la polera, sintió una toalla caerle directo en la cara. Alzó la vista y la vio de pie del otro lado de las cuerdas del ring.

- Parecen una pareja sonriendo después del sexo... - les dijo, lanzando otra toalla, esta vez a MinHo, quien la agarró y le sacó la lengua – Muy maduro de tu parte MinHo...

- ¿Qué quieres KaRye, no ves que JinKi hyung y yo vamos por una segunda ronda de sexo y no queremos mironas y odiosas amigas celosas alrededor?

- ¿Celosa, yo...? Por favor, no seas ridículo, solo vine porque el Sargento Oh los está buscando a ambos – añadió bajándose del ring, caminando hacia la salida del pequeño gimnasio que había en el edificio de la academia – Si yo fuera ustedes, dejaría el sexo homosexual para más tarde y me pondría decente, el sargento no parece muy feliz...

- ¿Te dijo algo? – preguntó JinKi.

- Nada que una amiga mirona y odiosa, desee compartir con alguien más – sonrió autosuficiente – Bueno, nos vemos...

- ¡¿Te vas?! – esta vez fue MinHo quien habló - ¡Pensé que estarías con nosotros mientras vamos con el sargento!

- Nop, esta vez, están solos... chaito

MinHo llamó su nombre un par de veces más, su voz haciendo eco en el espacioso lugar y luego bufando resignado cuando KaRye desapareció, dejándolos solos de nuevo. Volteó la cara y vio a JinKi sentado a su lado, igual de pasmado que él.

- ¿Qué crees es lo que el sargento quiere hablar con nosotros? – le preguntó.

- ¿Honestamente? Ni idea – respondió MinHo – Pero que KaRye se fuese tan feliz sin siquiera ir con nosotros a darnos apoyo moral, no me gusta nada...

- No puedes pedirle a ella que siempre haga de abogada del diablo cuando nos metemos en problemas MinHo

JinKi se incorporó, ofreciendo una mano para que su amigo se pusiera de pie también.

- ¡Pero tú sabes lo que el sargento la estima! No es que pida que sea nuestra abogada pero, si no fuera por ella, habríamos terminado mucho peor de lo que hicimos las veces que nos dieron una reprimenda...

- Sí, sí, bueno, tienes razón – sonrió JinKi - ¿Crees que el sargento tenga alguna fijación romántica con ella?

- ¿Por qué, te pone celoso? ¡Uy JinKi hyung está celoso!

- ¡No es eso! ¡No lo estoy!

- ¡Sí lo estás! ¿Crees que me perdido de la forma en que la miras o cómo le sonríes cuando KaRye está con nosotros? ¡Admite que te gusta, admítelo!