CAPÍTULO XVIII: Deudas impagas

356 51 44
                                    

¿Cómo era posible, que el mes pasase tan rápido? JongIn había necesitado urgentemente el dinero y arriesgado todo por obtenerlo en un préstamo de dudosa procedencia, con el compromiso de devolverlo, más el 150% de intereses. Usó el dinero y muy bien, pero ahora su deuda era mucho más de lo que fue en un principio y, si bien había hecho negocios que le dieron regalías positivas, su pago tardaría unos cuantos días más en llegar.

Había querido ir al café a excusarse, pedir que le dieran un par de días para poder recibir el dinero de los negocios y así pagar el préstamo, pero JongIn sabía que era dar un paso muy riesgoso.

TaeMin ya le había preguntado que qué le pasaba, por qué lucía tan tenso y nervioso. Con MinGuk habían ido a Busán a visitar a la madre del castaño, lo que a JongIn le pareció muy bien para no desquitar su mal estado de ánimo con su novio o su hijo, pero ahora que habían regresado, TaeMin se encargaba de preguntarle a cada instante si es que todo marchaba bien o si tenía problemas.

Ya habían discutido en una ocasión por lo mismo. JongIn simplemente tomó su chaqueta y se fue del departamento, dejando a TaeMin solo mientras él se iba a un puesto de comida callejera a beber unos cuantos tragos. Cuando volvió ya de madrugada, su novio dormía plácidamente en la cama que compartían en compañía de MinGuk, por lo que a él no le quedó más remedio que dormir en la sala y pedirle disculpas al día siguiente.

De aquello habían pasado unos pocos días. Ahora, sentado en su oficina, sabía que solo le restaban un par de horas para buscar una solución, que no tenía, a este nuevo problema que tenía.

- Jamás debiste ir a ese lugar... - se dijo a sí mismo, lamentándose que la desesperación por las deudas le hiciese cometer semejante error.

Si TaeMin se enteraba de lo que pasaba, o peor, si JinKi o KaRye se enteraban de a dónde había ido a por dinero o con qué tipo de gente se había involucrado, comenzarían a hacerle preguntas, le presionarían por respuestas, aplicarían toda su técnica policial en su contra y él tendría que admitirlo todo.

No, nadie podía saber.

La puerta de su oficina sonó, del otro lado de la puerta, se asomó el rostro de uno de sus compañeros de trabajo.

- ¿Sigues aquí? – preguntó - ¿No irás a casa?

- Sí, iré...

- Hasta mañana JongIn

- Hasta mañana KyuHyun...

Su compañero se fue y él suspiró. No tenía caso seguir ahí. Se incorporó, guardando algunas cosas en su maletín y colocándose la chaqueta para volver a casa, cuando la puerta de la oficina se abrió nuevamente y se cerró.

- Pensé que... - alcanzó a decir al voltearse y ver quién había entrado - ...ya te habías ido

- Acabo de llegar, ¿Y ya me estás echando?

Apoyada en la puerta, HyunAh le miraba con suficiencia. Vestía otra vez, un traje de dos piezas, bolso y zapatos de diseñador, luciendo de forma opuesta a cómo la había conocido la primera vez.

- ¿Cómo lograste subir? Se necesita una identificación...

- Amor, ya te lo dije, cuando quiero algo lo obtengo como sea – respondió ella, caminando por el lugar, inspeccionándolo todo – Supongo que sabes a qué he venido

- No tendré sexo contigo de nuevo

- Cariño – rio HyunAh, sosteniendo un cuadro en donde había una foto de JongIn, TaeMin y MinGuk de unos cuantos meses de vida – No niego que tienes un pene delicioso y que sabes usarlo muy bien, pero si estoy aquí, es solamente por un tema de negocios. Linda foto...

[ Brisas de Primavera ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora