CAPÍTULO XXXI: Sospechosos

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- ¿Qué quieres?

- Por ahora, solo comprobar que me toman en serio, no olviden que al niño lo tengo yo...

MinHo fue entonces al teléfono, desactivando el altavoz y alzando su mano para prohibirle al resto que tomasen los auriculares para que pudieran oír la conversación.

- Escúchame bien, no sé quién eres ni por qué tienes al niño, pero me querías aquí y aquí estoy, ahora déjate de mierdas y dime qué quieres a cambio de MinGuk...

La voz del otro lado se rió.

- Haré dos llamadas telefónicas al día; una a mediodía y la otra a las ocho de la noche – le dijo – cada vez que llame, quiero que seas tú quien conteste, de lo contrario...

- ...no estás en posición de ponerme condiciones; no aceptaré ningún trato si no me das una prueba de vida

- ¡¿PRUEBA DE VIDA?! ¡¿QUIÉN TE CREE QUE ERES TÚ PARA DECIRME QUÉ DEBO HACER?!

MinHo miró a TaeMin, sus ojos mostrando su preocupación. Se alejó unos cuantos pasos más.

- Solo te pido, que permitas que TaeMin escuche la voz de su hijo, que sepa que está a salvo... - murmuró tratando de que su rabia no lo dominase; esto no se trataba de él, sino de TaeMin y del niño.

Por segundos que parecieron horas, la otra persona, quien manejaba la situación, no dijo nada. Entonces, se oyó una respiración.

- ¿Está TaeMin ahí?

- Te pondré al altavoz... - dijo acercándole el teléfono al castaño, quien lo miró con esperanzadores ojos – Accedió a que escuches a MinGuk para que sepas que está bien...

- ¡¿Aló, bebé?! ¿Cariño? Es papi...

- ¿Pa-papi...?

- Amorcito, sí, es papi... - lloró TaeMin apenas liando sus palabras – Bebé, ¿Estás bien?

- Te-tengo mi-miedo papi

- Lo sé, amor, te traerem...

- ¡Suficiente! ¡Llévense al niño! – ordenó interrumpiendo lo que TaeMin decía - ¡Papi, noooo!

- ¡MINGUK!

Nuevamente MinHo se hizo del teléfono, dejando que KaRye y el Sr. Park sostuviesen a TaeMin que parecía contrariado por haber escuchado la voz del pequeño.

- Ya tienes lo que pediste, así que ahora, quien pone las condiciones soy yo – dijo el secuestrador.

- Te escucho, dime lo que quieres...

- Por ahora, solo vas a esperar hasta que llame de nuevo

Sin decir nada más, la línea se cortó, dejando a MinHo con el auricular en la mano. Lentamente se volteó y negó con la cabeza, para que los demás se dieran cuenta que la llamada había quedado en nada.

- ¡¿Qué te pidió?! ¡MinHo! – exigió saber KaRye.

- Dijo que debíamos esperar hasta que llamen de nuevo...

- ¡¿Por qué...?! ¡¿Por qué me hacen esto?!

MinHo fue donde TaeMin era consolado y se arrodilló frente a él, tomándolo de las manos para que le mirase a los ojos. Su corazón quería doler por ver al castaño así, pero su mente estaba trabajando mucho más rápido que la pena o aprehensión que podría estar sintiendo.

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