CAPÍTULO XXXV: Errores, parte 2

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Cuando estuvo listo, salió de la habitación, dirigiéndose hacia donde sabía encontraría a MinHo. Al llegar a la cocina, se dio cuenta que ya no estaban solos, pudiendo oír los murmullos de una conversación

- Señor, esto que está haciendo no es apropiado – dijo una de las voces – Está aprovechándose de la situación

- ¿Que no eras tú quien me dijo que me plantara frente a la puerta de este departamento cuando TaeMin ni siquiera sabía que éramos vecinos? No me vengas con mierdas valóricas Benedict

- Esto es un error, lo va a lamentar...

- ¡¿Lo haré?! ¡¿Cómo te atreves?!

- Señor, piénselo, el Sr. TaeMin perdió a su hijo, sé que se comprometió a que lo encontraríamos, pero no tenemos ninguna certeza de eso

- ¡Lo encontraré, lo haré! ¡Se lo prometí!

- Usted ha prometido muchas cosas, ¿Cuántas de esas ha cumplido?

Entonces hubo un silencio. La voz que TaeMin reconoció como el Sr. Park por su pesado acento extranjero, había sido determinante con su declaración.

- No se involucre con el Sr. TaeMin, hasta que el Fiscal Kim no confirme que es el Sr. HeeChul quien está detrás de todo esto, o incluso hasta que no sepamos si el ex novio del Sr. TaeMin tiene algún vínculo con los secuestradores, su presencia aquí es un riesgo para él...

¿Qué era todo esto? ¿Qué era lo que el Sr. Park estaba diciendo? ¿JongIn, vinculado a las personas que habían secuestrado a su hijo? No, eso no era posible. Era un error. TaeMin sabía que la relación de su ex novio con MinGuk no era de las mejores, pero de ahí a querer que secuestraran al pequeño o tener algún tipo de relación con las personas que se lo habían llevado, era distinto. Era una declaración que traía consigo demasiadas consecuencias.

Con la intención de pedirle explicaciones, TaeMin se asomó, notando que MinHo le miraba con el rostro ilegible, al mismo tiempo que el Sr. Park se volteaba y ponía de pie, notando su inesperada presencia ahí.

- ¿Qué es lo que ha dicho? – le preguntó mirando al mayor - ¡Respóndame!

- TaeMin, amor...

- ¡No MinHo! ¡No te metas! ¡Usted, responda lo que le pregunté!

- Sr. TaeMin, no estoy en posición de decir nada...

- ¡NO ME VENGA CON SUS MIERDAS RETORCIDAS! – gritó empujando al hombre - ¡¿CÓMO SE ATREVE A INSINUAR QUE JONGIN PUEDE ESTAR DETRÁS DEL SECUESTRO DE MI HIJO?! ¡¿QUÉ CLASE DE PERSONA ENFERMA ES USTED?!

- Tae...

MinHo se le acercó por atrás, apartándolo del Sr. Park, haciendo que se girase para que le mirase.

- ¡¿Cómo puedes permitirle que diga esas cosas de JongIn?! - exclamó - ¡Él trabaja para ti! ¡Dile algo!

El silencio de MinHo, la honestidad brotando de su mirada, le provocaron dolor en su corazón porque a través de esa expresión, TaeMin entendió lo que MinHo quería decirle.

- Tú... ¿Lo apoyas? – le preguntó horrorizado.

- No se trata de si lo apoyo o no

- ¡Entonces, ¿De qué maldita sea se trata?! ¡Explícame!

MinHo suspiró, comenzaba a dolerle la cabeza.

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