[ Brisas de Primavera ]

CAPÍTULO XLVII: Respuestas del pasado

7 años y 4 meses atrás...

Manejó lo más rápido que pudo e, incluso de ese modo, supo que era demasiado tarde. A su mente, el nombre de una persona se fue repitiendo constantemente, sin poder creer que era él, el culpable de lo que podría haber pasado.

Siempre había dudado, desde el principio. En el momento en que había escuchado rumores de posibles remociones en el Departamento de Policía, como Teniente, KaRye había intentado lo mejor que había podido de buscar información sobre la veracidad de aquellos rumores, pero no había demasiado por saber. Su cargo le impedía poder obtener información.

Hasta esa noche.

Por milagro o por error, no supo cómo denominar al hecho a que a su bandeja de entrada había entrado un correo que claramente no era para ella. Sí, había sido un error, porque la dirección de destinatario había sido mal tipeada y, por ese motivo, aquel correo estaba en la bandeja de su servidor de emails. O tal vez, fue suerte.

Ahora que corría en medio de la noche, con su arma en la mano, KaRye quería creer que había sido suerte.

"En el muelle. Sargento Choi y su equipo. Mátalos a todos o nos descubrirán"

En una sola oración, decía todo lo que KaRye necesitaba para finalmente convencerse, que algo extraño estaba pasando y, no solo en esa noche que salió corriendo de su oficina hasta su auto, para manejar hacia el muelle en donde ella sabía, MinHo iba a desarmar a un grupo de narcotraficantes, sino que desde hace ya un tiempo.

Ella se había dado cuenta de frecuentes reuniones de los altos mandos fuera de las dependencias de la policía, en restaurantes y cafeterías porque, curiosamente, ella manejaba la parte financiera del departamento en el que trabajaba y los gastos de pronto, habían incrementado mucho en reuniones extra oficiales.

KaRye corrió, lo más rápido que pudo sin saber dónde buscar exactamente o qué era lo que iba a encontrar. Se detuvo en un portón y ahí aguardó, tomando su teléfono celular.

- KaRye sama

- Kaito, necesito tu ayuda, creo que MinHo está peligro

- ¡Dígame dónde e iré!

- Te enviaré mi ubicación por mensaje, ¡Apúrate!

- ¡No haga nada estúpido! ¡KaRye sama, no vaya sola, espere a Kaito!

Pero ella era demasiado terca y no podía esperar. No quería esperar, MinHo necesitaba su ayuda, su corazón se lo decía y ella iría por él. Sigilosamente, abrió el portón y entró. Era una bodega portuaria, con cajas por todos lados, maquinaria estacionada y galpones a oscuras. Entonces, un sonido sordo se escuchó a unos cuantos metros de ahí.

KaRye miró y vio cómo una columna de humo se elevaba a unos cuantos metros, en otra zona del muelle. Rápidamente corrió hacia donde sabía, algo malo sucedía. Escondiéndose en las sombras, KaRye avanzó. Oyó ruido, voces, gritos, risas y disparos, todo mezclado en una contradictoria sucesión de cosas.

Algo estaba mal, muy mal.

Cuando finalmente llegó, escuchó el sonido de puertas y vehículos ser puestos en marcha, los cuales se alejaron con el sonido de neumáticos chirriando en el asfalto del lugar. Escondida tras una torre de cajas de embalaje, KaRye esperó y esperó y esperó, mientras su corazón latía con prisa, sin darle un respiro.

Al cabo de unos minutos, se asomó, logrando percatarse que no había nadie más ahí, y que estaba aparentemente sola. Solo entonces, KaRye corrió hacia la pila que se quemaba en grandes llamaradas de fuego y, cuando notó qué era lo que ahí se consumía, cubrió su boca con estupor.