[ Brisas de Primavera ]

CAPÍTULO XXIV: Enfrentamiento

'¡Papi, noooooo!' ¿Por qué la voz de su hijo se escuchaba tan lejos? TaeMin la oía distorsionada, mezclada con tonos de voz de un hombre, gritos de mujer, llantos y, mucho ruido. Imágenes se intercalaban en su mente como golpes fotográficos; vio a su hijo, a KaRye, a JinKi y a MinHo, ¿Por qué lo veía a él? Su cabeza palpitaba del dolor y sentía demasiadas ganas de vomitar. Abrió los ojos y reconoció el techo de su habitación y la decoración que alcanzaba a ver en esa posición.

¿Qué había pasado? Lo último que recordaba era haber ido de compras, un viaje en el auto, ramos de flores y la sonrisa de su hijo. Todo en su cabeza era un desastre. Con cuidado se incorporó en la cama, apoyándose cuando un mareo casi le hace caer. Lentamente caminó y a lo lejos, comenzó a oír voces de muchas personas provenir de la sala.

Salió de su habitación y caminó por el pasillo oscuro, las voces haciéndose cada vez más claras.

- ¡DEBÍAS MANTENERLO EN LA ARMERÍA! ¡ESA FUE LA ORDEN QUE TE DI! – gritó una voz femenina.

- ¡Deja ya de culparlo, yo quise salir de ahí, YO! - ¿Por qué esa voz se parecía tanto a la de MinHo?

- ¡TÚ, CÁLLATE! ¡Todo esto es tú culpa!

- ¡¿Mi culpa?!

- Chicos, por favor no griten, despertarán a TaeMin

- ¡CÁLLATE JINKI! ­–gritaron ambos.

- Señor, Srta. Kim, así no arreglaremos esta situación – intervino una voz masculina de acento extraño – Iré a ver si el joven TaeMin se encuentra bien...

Un par de pasos fueron justo en su dirección y, ahí, TaeMin se topó con un hombre mayor que lucía sorprendido. Sí, le recordaba, era su vecino.

- U-usted, ¿Qué, qué hace aquí?

- Sr. TaeMin...

- ¡No me toque! – se quejó alejándose, sintiendo pasos apresurados allá en la sala - ¿Qué está pasando? ¿Qué está haciendo en mi casa? ¿Y dónde está MinGuk?

Pasando por un lado del hombre, TaeMin llegó hasta la sala, ahí vio a KaRye y a JinKi mirándoles de forma extraña. La mujer se le acercó, luciendo preocupada.

- TaeMin, cariño, ¿Estás bien? – le dijo tomándolo de un brazo y guiándolo para que se sentase en el sofá.

- ¿Qué pasó?

- Te desmayaste, creo que te bajó la presión...

No. Ese no era el motivo. TaeMin lo intuía por la forma en que JinKi apartó el rostro cuando KaRye dijo aquello y, su amigo pecaba de ser honesto, porque cada vez que mentía o alguien más lo hacía, JinKi apartaba la cara para mirar hacia otro lado.

- ¿Dónde está mi hijo?

- Está en la cocina con la Sra. Jung – respondió JinKi mirándole a los ojos.

- Ten, toma estas pastillas, te ayudarán a dormir...

TaeMin vio la mano que KaRye le extendía con dos pastillas blancas y frunció el ceño.

- Acabo de dormir, vengo recién despertando...

- Te harán bien, confía en mi

- No las quiero – insistió poniéndose de pie – Iré a ver a mi hijo, debe estar asustado...

- ¡TaeMin!